jueves, 15 de junio de 2017

MAURIZIO MEDO (Lima, Perú, 1965)



PROEMIO: IMAGO’S

MCMXCII


Todas las muertes están en ese cuerpo

LUIS FERNANDO CHUECA

Todas las muertes están en ese cuerpo
tatuadas con azufre o alcanfor Corren
ciegas por sus pálpitos de piel de ahí
entre las fisuras y crecen mientras va
el joven Plinio hacia el balcón
( y no lo advierte)
Su ciudad es Lima, 1992 No Pompeya
La perpleja criatura construyó otro país
fuera de hora y, azogado ante un retrato
llora por Turín                             1945:
 en la plaza humean los obuses
Negra el sol sobre la carne hasta caer
piélago de sangre Grita su madre
ante la muerte come un vecchio
rimorso Ella tiene apenas 8
(e troppo piccola)
para ver cómo ahorcan a ese hombre
de crespón sobre la viga

Pudo ser su padre al improviso
E troppo piccola demasiado
para morir, rosa ferita
Lucía la arranca (dove si è sparso
il sangue) y con ella entre los brazos
(e ancora la morte) se abre paso muerto
entre turbas de cadáveres

La mamma piange
¡Figlio figlio¡ —grita

Él nunca supo cómo
responder a su llamado
MCMXCIII

Papá se ha muerto
La realidad obra otra semántica:
Familia es diáspora

Hogar ausencia
y utopía el pasado (al jarrón de zhengtong
se le dice embargo)
De pronto ve clausurar faustos salones

(Aprende: padre es fantasma)

Donde hubo juegos, candados
Toda su niñez, muda frágil
en cartones

Solo que él ya es un anciano
MCMCV 


El hombre es sus recuerdos - le habría dicho
el padre 
pero estos insisten asalto comiéndole
cada miga al corazón  La poesía llega poco 
¿quién dijo? Pero desde el futuro (por una vía
antípoda a la esperanza) Entre los diablos
su sombra por la casa  ¿quién?
Nada más diría papá Solo, y con risa Nausica
“Vuelve a casa”

Pero este Ulises extravió la senda donde
nunca hubo regreso

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