I Reflejo
La superficie del día
rugosa u ominosa
ó caudalosa y hueca
ó caudalosa y hueca
como el centro de este verbo,
no se obtiene
trazando ó destrazando
íntimos límites
constantes y sonantes
tampoco enumerando
(Los que no son, los que
no fueron antes)
La fórmula precisa
-no nos consta- es lábil
y variable, a cierta
altura, y difusa hacia la base:
la base nunca está,
se aprende con el tiempo
-otra variable independiente-
y con el paso de la necesidad
La superficie del día
áspera ó lisa -no nos
consta- se desliza -hay
precedentes- bajo un orden
estrictamente relativo:
como la superficie del agua
mientras el nadador observa
al observador que nada.
II
La superficie del día
rugosa ó imprecisa
deseosa ó anfractuosa,
puede obtenerse -más
no reproducirse-
por diversos medios
Los que son consecuentes
no la buscan
Los que confían en el futuro
le asignan un valor apenas
relativo pero estricto:
toda fórmula se debe repetir
-es para eso-
Los que manejan cifras
pierden el tiempo: hay muchas
otras formas de perderlo
Nunca se puede conocerlo todo
(como tampoco lo contrario)
La superficie de la pérdida,
líquida ó cuantiosa,
lisa ó tributaria y auspiciosa
se expande,
dentro de términos previsibles:
La pérdida líquida es estable
tanto para el necesitado
como para el no iniciado
-para los necios también-
Hay cifras -la pérdida líquida-
Hay que saber diversificarse
“Soy lo que sueño” dice el
repetidor
“Soy lo que sueño que no soy”
dice
el soñador disidente...
Los números no mienten: por eso
algunos prefieren soñar números
Los números no mienten: por eso
algunos prefieren soñar números
Los números no mienten, nos
enseñan, las necesidades pasan, las
operaciones se reducen, y los reducidores
también pasan: todo se reduce
también pasan: todo se reduce
Los superficiales viven más,
con una sola fórmula a la que van
sumando aplicaciones (sólo los que
son divisibles pueden diversificarse)
Toda superficie es divisible
Hay que aceptar: Quien acepta
sobrevive mas
Hay cifras, hay nichos, hay bolsones,
hay cadáveres.
III Reflujo
La superficie del día
lisa ó semicóncava,
tendida ó pretendida
deseosa ó inclinada
se extiende ó se desliza,
estable ó inestable,
rigurosa ó semilisa
se desliza,
como lo hace este adverbio.
No todo son contornos
ni terminaciones planas:
El día hábil del gorgojo
-su diámetro-
se extiende en forma paralela.
Sabemos todavía: todo lo que es,
depende (hay superficies con
muchas dependencias, hay especies
que dependen: depender es cómodo)
Hay especies que ocupan poco espacio,
especies que cuidan su espacio,
defienden
la superficie de su territorio
(otras defienden sus dependencias:
“defenderemos nuestros límites hasta
las
últimas consecuencias”, sostienen …
-hay quienes no son nada sin los
límites
que los sostienen-)
La superficie del día -hay
claroscuros-
a veces no se ve: -hay
altibajos-
y cuesta distinguir los límites
y cuesta incorporar su necesidad (nos
debemos mover adentro de la ley, todo
cuerpo, sabemos, está sujeto a
leyes,
aún en su declinación)
La superficie del día -para bacilo ó
superhombre- depende del azar
Los inseguros no vacilan
-suelen avanzar en forma paralela-
conocen que la lucha es el único
camino para acceder a la seguridad:
luchamos por una vida más superficial
-una superficie más segura-
-una superficie más segura-
Se sabe: toda superficie incluye otras
como un día hábil ó torpe
contiene dependencias, excesos,
restos de otros
La superficie -continuidad en el
espacio-
permite deslizarse ó extenderse
en relación al tiempo consumido
brindando continuidad a la acción
de verbos y sujetos y a las
aspiraciones
más superficiales:
Cada cadáver es irrepetible.