Por los que en la
noche esperan en las terminales
el ómnibus que no
saldrá nunca,
por los que duermen
en las Salas de Espera
de las Terminales
abrazados a sus muletas,
por el amante que se
va en el de las 2.05,
por el amante que se
queda,
por el que golpea en
la puerta del bar
y el bar está
cerrado,
por los que no
pueden pagar un taxi
y caminan bajo las
estrellas hasta el amanecer,
te pedimos, oh Sol,
padre de las diligencias
que parten al alba,
que no salgas nunca
más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario