miércoles, 28 de febrero de 2018

José Sbarra


Poemas de El mal amor


Solamente un imbécil se pregunta si es realmente el
sonido del mar lo que escucha cuando apoya un caracol
en su oreja.
Ese imbécil fui yo, se entiende.
*
No dejes que te impresionen las estrellas
que quizá estén todas muertas.
No te dejes corroer por las canciones añejas.
Duerme y nada más.
Esta noche, duerme.
Mañana una muchedumbre de arcoiris
con lo que haya quedado vivo, ya conoces el mecanismo,
te fabricarán una sonrisa nueva.
Ahora duerme y nada más,
esta noche, duerme.
No te castigues con la luna,
ese transatlántico indiferente,
este silencio pasará
volverán las palabras como pájaros,
como veranos, como soles
volverán las palabras
y alguien dirá tu nombre.
Esta noche, duerme,
echa el ancla y duerme,
duerme.
Que por unas horas oscuras nada te hiera.
No llores, no implores, respira y duerme
concéntrate en la respiración
y acaríciate un hombro,
ámate un poco y duerme
esta noche duerme.
Mañana tendrás la oportunidad,
flamante y renovada de volverte a equivocar.
*
De todo lo que conocí quiero más
más nieve, más fuego
más sexo, más calma
de toda la locura quiero más
y de toda la pureza quiero más
más honor y más deshonra
más virtud y más bajeza
de todo lo que amé quiero más
de lo que aún no he probado quiero más
de todos los excesos quiero más
más dolor
más placer
quiero más
y cuando me muera
como una ráfaga y como una súplica
saldrá de mi boca la palabra más.
*
Alguien pronuncia mi nombre
la grúa detiene su acción devastadora
alguien pronuncia mi nombre
los obreros se quitan los cascos y abandonan su tarea
alguien pronuncia mi nombre
soy una demolición en suspenso.
*
Alaridos en el ventrículo de las torturas.
El amor desollado pide a gritos
que le devuelvan las epidemias.
La memoria decapita los nombres de los fracasos.
Alaridos en el ventrículo de las torturas.
Se arrastra la tristeza por los túneles de las arterias.
Los errores que cometí flotan en el pantano
de mis pensamientos.
Aúlla la traición en la bruma de mis ilusiones.
Alaridos en el ventrículo de las torturas.
En mi cuerpo, donde se celebraron los ritos del placer,
monjes funerarios ofician la misa del adiós.

martes, 27 de febrero de 2018

Mario Montalbetti (Lima, Perú, 1953)


La dorada

A la pregunta ¿cuánto has amado?
responde como si el lenguaje, mejor aún,

como si el vino se hubiera acabado.
Di que has de ir por más.

Afila el cuchillo y eviscera
la dorada que yace exangüe

sobre el batán vil de la cocina.
Y con la misma hoja separa lo tuyo

de lo tuyo. Es tuyo.



Disculpe ¿es aquí la tabaquería?

Nadie dice todo. Nadie dice nada.
Lo deseable es decir poquísimo.
Callar no es más radical.
Callar es como raparse la cabeza:
el pelo vuelve a crecer.
Pero decir poquísimo, decir lo mínimo
que uno puede decir,
eso es lo que nos permite decir algo.


MI (poema de amor)

Vendí todas mis alcachofas
por un boleto al lugar en que vives.
Ningún percance.
El tren salió en horario
sol y vacas gordas todo el camino.
Pero tu pueblo no apareció nunca.


jueves, 22 de febrero de 2018

Manuel Illanes

Francis Bacon o una pila de mierda
sobre el pavimento


No imaginamos qué lengua
podrá hablar con soltura de Aniquilación.
Tartamudea la barragana
apenas roza el pelaje de la bestia,
se sofoca, queda afónica al confrontarla.
El mal. El mal. El mal.
Habría que tragarse las palabras
junto con el músculo palpitante
que las impulsa, que las babea imprecisas;
arrancar las cuerdas vocales
como la maleza que entorpece el grano.
Y gemir, aullar después de todos los tonos
para siquiera modular
el gran silencio que rige tanto espanto.
Dicen que vislumbramos
más que los hombres de la edad de piedra,
pero los brotes de miseria
como los hongos afloran
en los bordes de las grandes avenidas
y se rescatan cadáveres
entre las aguas negras
cada amanecer.
Dicen que la poesía
y sus trabajadores terribles
mantienen viva una llama
encendida en el hígado de Prometeo.
Y sin embargo cabezas expuestas
en el pavimento, el pellejo
de un hombre, su mueca derretida
desvaneciéndose de la página del Alarma:
un desollado como cualquiera
de los que tapizan
el suelo de México.
El mal. El mal. El mal.
Nombres nuevos para un horror innombrable.
Si la voz no es Perseo, entonces
sólo queda el fusil.
en Memorias del inframundo, 2016

Mantra Edixxxiones

jueves, 15 de febrero de 2018

Juan Larrea (España 1895-1980)



Un color lo llamaba Juan 
                                                 A la memoria de Juan Gris

Bendecimos el confort de las hormigas regulares
y la noche incluso más triste que el papel absorbente
después de la muerte de la palabra
ahora que el silencio dulcemente deviene festín de pájaro
entre los granos capricho de una prisión florida

Nuestros arroyos interiores están acordes
en aplacar este molino de individuo
único convidado que nos queda
de aquello que ha partido sin pretexto hacia el invierno
Sobre un dolor de antigua pradera
las hormigas arrastran nuestras lágrimas de este a oeste

se ha ido por transparencia como las vagas promesas
de un río más bien banal
Hacía un calor de héroes mas el tiempo era pálido

Con una brizna de delicadeza y el insomnio de las lluvias
que vuelve seda el reflejo de las catedrales
agujereamos la esponja de nuestras plegarias
para borrar el juramento de luna tejido en versos
donde sus ojos amoblaron la esperanza de corrientes de aire

Porque él nos dejó su tristeza
sentada al borde del cielo como un ángel obeso


miércoles, 14 de febrero de 2018

Mark Strand (Canadá, 1934-2014)


COMIENDO POESÍA
La tinta corre desde las comisuras de mi boca.
No hay felicidad como la mía.
He estado comiendo poesía.
La bibliotecaria no cree lo que ve.
Ella tiene los ojos tristes
y camina con las manos adheridas a su vestido.
Los poemas se han ido.
La luz es turbia.
Los perros están en las escaleras del sótano y suben.
Sus globos oculares dan vueltas,
sus piernas rubias arden como maleza.
La pobre bibliotecaria comienza a patalear y llorar.
Ella no entiende.
Cuando me pongo de rodillas y lamo su mano,
grita.
Soy un hombre nuevo.
Yo le gruño y le ladro.
Correteo con alegría en la libresca oscuridad.

EATING POETRY
Ink runs from the corners of my mouth./ There is no happiness like mine./ I have been eating poetry.// The librarian does not believe what she sees./ Her eyes are sad/and she walks with her hands in her dress.// The poems are gone./ The light is dim./ The dogs are on the basement stairs and coming up.// Their eyeballs roll,/ their blond legs burn like brush./ The poor librarian begins to stamp her feet and weep.// She does not understand./ When I get on my knees and lick her hand,/ she screams.// I am a new man./ I snarl at her and bark./ I romp with joy in the bookish dark.
 
NUEVO MANUAL DE POESÍA
para Greg Orr y Greg Simon
1 Si un hombre entiende un poema,
…………tendrá problemas.
2 Si un hombre vive con un poema,
…………morirá solo.
3 Si un hombre vive con dos poemas,
…………le será infiel a uno.
4 Si un hombre concibe un poema,
…………tendrá un hijo menos.
5 Si un hombre concibe dos poemas,
…………tendrá dos hijos menos.
6 Si un hombre se pone una corona mientras escribe,
…………será descubierto.
7 Si un hombre no se pone una corona mientras escribe,
…………no engañará a nadie sino a sí mismo.
8 Si un hombre se enoja con un poema,
…………será despreciado por los hombres.
9 Si un hombre sigue enojado con un poema,
…………será despreciado por las mujeres.
10 Si un hombre denuncia públicamente a la poesía,
…………sus zapatos se llenarán de orina.
11 Si un hombre renuncia a la poesía por el poder,
…………tendrá mucho poder.
12 Si un hombre se jacta de sus poemas,
…………será amado por los necios.
13 Si un hombre se jacta de sus poemas y ama a los necios,
…………no escribirá más.
14 Si un hombre niega sus poemas de placer,
…………su ingenio llevará botas.
15 Si un hombre busca atención por sus poemas,
…………será como un imbécil a la luz de la luna.
16 Si un hombre escribe un poema y elogia el poema de un compañero,
…………tendrá una amante hermosa.
17 Si un hombre escribe un poema y elogia demasiado el poema de un compañero,
…………alejará a su amante.
18 Si un hombre reclama el poema de otro,
…………su corazón crecerá el doble.
19 Si un hombre deja a sus poemas desnudos,
…………le temerá a la muerte.
20 Si un hombre le teme a la muerte,
…………será salvado por sus poemas.
21 Si un hombre no le teme a la muerte,
…………podrá o no ser salvado por sus poemas.
22 Si un hombre termina un poema,
…………se bañará en el rastro de espuma de su pasión
…………y será besado por el papel blanco.

THE NEW POETRY HANDBOOK
(Versiones de Manuel Naranjo Ibartiburu)
 
 
 
 

domingo, 11 de febrero de 2018

Eduardo Milán (Uruguay)


EL ARTE NUNCA ES LA VERDAD…

El arte nunca es la verdad
pero hay momentos, hay momentos tan ausentes
como éste, en que la verdad es una forma de arte,
una mina, un trobar, El Dorado. Uno encuentra,
dos reconocen, tres cantan en trío -el trinar-,
cuatro cantan en coro. Y así, un sí de vez en cuando,
se descubre el momento. Cuando el momento se descubre
es casi un hecho. En este momento un hecho es un milagro
porque la verdad es una forma de arte, es el misterio
presente al que nadie se atreve. Por la melodía
parece que canta pero es un concepto,
el ruiseñor-concepto.


NO FALTEN LOS CABALLOS DEL ENCABALGAMIENTO…

No fallen los caballos del encabalgamiento
que abren los sentidos, los sentidos
que se abrieron en cuatro como a Túpac
Amaru. No digan los sentidos encabalgados
en su locura lo contrario a lo que quiero:
la precisión del sentido, no el desbocamiento
de esta falsa totalidad que presentimos, atentos
a ese amargo amago de completud. Serán como una red
si fallan, serán como otra red.
Lo que no supe decir que no lo digan los caballos.

sábado, 3 de febrero de 2018

Nicanor Parra

 

Discurso fúnebre



Es un error creer que las estrellas
pueden servir para curar el cáncer
el astrólogo dice la verdad
pero en este respecto se equivoca.
Médico, el ataúd lo cura todo.
Un caballero acaba de morir
y se ha pedido a su mejor amigo
que pronuncie las frases de rigor,
pero yo no quisiera blasfemar,
sólo quisiera hacer unas preguntas.
La primera pregunta de la noche
se refiere a la vida de ultratumba:
quiero saber si hay vida de ultratumba
nada más que si hay vida de ultratumba.
No me quiero perder en este bosque.
Voy a sentarme en esta silla negra
cerca del catafalco de mi padre
hasta que me resuelvan mi problema.
¡Alguien tiene que estar en el secreto!
Cómo no va a saber el marmolista
o el que le cambie la camisa al muerto.
¿El que construye el nicho sabe más?
Que cada cual me diga lo que sabe,
todos estos trabajan con la muerte
¡Estos deben sacarme de la duda!
Sepulturero, dime la verdad,
cómo no va a existir un tribunal,
¡o los propios gusanos son los jueces!
Tumbas que parecéis fuentes de soda
contestad o me arranco los cabellos
porque ya no respondo de mis actos,
sólo quiero reír y sollozar.
Nuestros antepasados fueron duchos
en la cocinería de la muerte:
disfrazaban al muerto de fantasma,
como para alejarlo más aún,
como si la distancia de la muerte
no fuera de por sí inconmensurable.
Hay una gran comedia funeraria.
Dícese que el cadáver es sagrado,
pero todos se burlan de los muertos.
¡Con qué objeto los ponen en hileras
como si fueran latas de sardinas!
Dícese que el cadáver ha dejado
un vacío difícil de llenar
y se componen versos en su honor.
¡Falso, porque la viuda no respeta
ni el ataúd ni el lecho del difunto!
Un profesor acaba de morir.
¿Para qué lo despiden los amigos?
¿Para que resucite por acaso?
¡Para lucir sus dotes oratorias!
¿Y para qué se mesan los cabellos?
¡Para estirar los dedos de la mano!
En resumen, señoras y señores,
sólo yo me conduelo de los muertos.
Yo me olvido del arte y de la ciencia
por visitar sus chozas miserables.
Sólo yo, con la punta de mi lápiz,
hago sonar el mármol de las tumbas.
Pongo las calaveras en su sitio.
Los pequeños ratones me sonríen
porque soy el amigo de los muertos.
Estoy viejo, no sé lo que me pasa.
¿Por qué sueño clavado en la cruz?
Han caído los últimos telones.
Yo me paso la mano por la nuca
y me voy a charlar con los espíritus.