miércoles, 11 de junio de 2014

Sobre un poema de Juan Gelman

(José Luis Greco)



Toda poesía es hostil al capitalismo,
a diferencia de la prosa:

Hay una prosa poética y hay
poemas en prosa,
pero la poesía es ajena
a toda relación de propiedad,
no tiene dueño:
sólo es de quien la goza.

El goce no se negocia,
(a diferencia del trabajo, la salud,
la educación, y otras mercancías)

La poesía, goza de ciertas propiedades
que resisten la fluctuación de la oferta
y la demanda y la volatilidad de los
mercados, pero su goce es hostil
al sentimiento de propiedad.

El poema -producto individual que
tiene una función social- se opone
a la contradicción central del capital:
producción social y apropiación
individual.

Un poema puede tolerar distintos usos
y un número infinito de lecturas:
puede releerse y puede reescribirse,
puede repetirse y puede olvidarse,
tantas veces como sea necesario.

Puede gozar de más propiedades que
funciones, pero la función última
de la poesía es el goce,
mientras que la función social
de la propiedad no se conoce.



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