sábado, 31 de agosto de 2024

constantino mpolás andreadis (Buenos Aires)

 

POEMAS EN CRUDO - 44
 
 

los japoneses han descubierto que las
mariposas son japonesas
felisberto tocaba el piano como si los
japoneses fueran uruguayos
por lo menos
cuando el oscuro felisberto tocaba el
piano
no sólo como si escribiera en japonés
sino como si sus cuentos fueran
mariposas
como si en sus cuentos las mariposas
dejaran de ser japonesas para no ser
ni uruguayas ni argelinas
como silvina
felisberto no sólo escribía como los
ángeles
sino como si no fuera una mariposa
como si ni él ni silvina fueran las
mariposas que eran
sino los ángeles
esos mismos ángeles
que los japoneses confundieron con
mariposas
no sólo porque después de todo son
japoneses
sino porque como felisberto silvina
y porque como silvina felisberto
él con su piano
y ella con su perro
ella paseando al perro como si tocara
el piano
y él tocando el piano como si paseara
al perro
claro que los japoneses son japoneses
y los argelinos argelinos
y las mariposas mariposas
y silvina silvina
y felisberto felisberto
 
 

LITERATURACONSTANTINO.BLOGSPOT.COM
 
(Fuente: Meta Poesía)

 

Blanca Varela (Lima, 10 de agosto de 1926 - Lima, 12 de marzo de 2009)

 

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En lo más negro del verano

 

El agua de tu rostro
en un rincón del jardín,
el más oscuro del verano,
canta como la luna.
 
Fantasma.
Terrible a mediodía.
A la altura de los lirios
la muerte sonríe.
Sobre una pequeñísima charca,
ojo de dios,
un insecto flota bocarriba.
La miel silba en su vientre
abierto al dedo del estío.
 
Todo canta a la altura de tu rostro
suspendido como una luz eterna
entre la noche y la noche.
 
Canta el pantano,
arden los árboles,
no hay distancia,
no hay tiempo.
 
El verano trae lo perdido,
el mundo es esta calle de fuego
donde todas las rosas caen y vuelven a nacer,
donde los cuerpos se consumen
enlazados para siempre
en lo más negro del verano.
 
En un rincón del jardín
bajo una piedra canta el verano.
En lo más negro,
en lo más ciego y blanco,
donde todas las rosas caen,
allí flota tu rostro,
fantasma,
terrible a mediodía.
 
 
Foto: #fernandodeszyszlo / Archivo Blanca Varela
 
 

(Fuente: Adriana Hoyos)

Juan Salzano (Buenos Aires, 1980)

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Cinco poemas



1
“¡Hipercolibrí, lanza relápagos!”
 
Despedazar ancestros quizá sea
nuestro secreto oficio involuntario
Mezclarlos y licuarlos sin querer
hasta que no quede sino un caldo
que ya no imponga nostalgia y así
en el cenit de una noche ni antigua
ni moderna beberlo hasta saciarse
y pasar como si todo como si nada
elegantemente a otra cosa.
 

3
“¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!”
 
Escribir como si los humanos
no existieran un pseudo código
se rompe el primer contacto
de corazón animal.


15
“¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!”
 
Caen lagartijas desde los balcones
-incrustaciones joyescas en las ruinas de piedra-
como hachas diminutas y acolchonadas
sobre el cuello metálico de las liebres
que pululan libres por las noches
cuando nos levantamos a sorber
el líquido sacramental de la luna
Estos también son ritos cotidianos
que no tienen prensa.
 

29
“¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!”
 
Fue tanta la intensidad de esos mantras
que cuando hicieron silencio
arrodillados frente a la salamandra
lo que seguía mantrando era el fuego.
 
 
31
“¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!”
 
Inflados los pechos paracaídos del cielo razón
almirantes de la mente partida
en dos mil y
una limaduras del rozar del rezo la limosna
del sol ese oropel del zoo
con el que decoramos el pezón el limón
de la tierra.
**********
 
 
Poemas de Hipercolibrí (2018)
Fuente: Vallejo and Company
 
(Fuente: Oscar Vicente Conde)

Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949)

 

Arsis y tesis
 
 

No te bañes, Josefina.
Atribuido a Napoleón
 
Cómo hubiese querido manejar
la motoneta de mi primo
y llevar en el asiento trasero
aquella delgada belleza
pirenaica de delgados muslos
de fino pelo negro
y delineados pómulos
como de aceituna pálida una flecha
afilada, un oscuro cometa
mórbidos pechos y ausencia
cortesana la cara,
a quien mi primo despreció
porque le sentía "olor a cuerpo."
 
Ah perdidos ensueños de perfumes falsos
primos y cremas de afeitar
tornillos y bielas
aguas de colonia:
 
en cambio
amor por el olor corporal
el vello píceo
 
Vientos arrasaron aquellas ruinas
suburbanas
y sus diosas rápidas.
 
 
 
En  "Revolución, divino tesoro", inédito

Hector Berenguer (Rosario, 1948)

 

Osadía del Ser
 

El ser no está
en los miserables pedazos
de tiempo que nos unen.
 
Ni en las urgencias
de un vivir conjetural
que asumimos
cómo propio.
 
Ser es parte de nuestra propia ausencia.
 
Es la presencia de lo ausente
que se demora en nosotros.
 
Ser es el otro
en nosotros
que asume el tiempo
de su errancia. 
 
La vida
finalmente es otra cosa
que sucede
al mismo tiempo que vivir.
 

 

Petr Král (Praga, 4 de septiembre de 1941 - Praga, 17 de enero del 2020)

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Con la ola  
 

.
No hay verano, solo los brazos tendidos para siempre
en su nombre, el grito del pájaro que mide con su vuelo
el desierto original. En algún lugar, sin embargo, una
desconocida, de una sola sacudida,
liberará su cabellera rubia, dejándola caer
sobre su nuca, sus hombros cálidos, salpicados de
pecas,
cuando ya su frente penetra en la frescura
del instante próximo
—y antes que entre, antes que la ola de oro oblicuo que
recorre la bahía se convierta en iglesia, de pie sobre la roca,
el silencio asoleado de los corredores en las escuelas
desérticas beberá el estrépito de las guerras púnicas,
el grito de las madres entrará en las hojas
de los cuadernos, vírgenes otra vez,
y la memoria de las tormentas en las cintas de anisado
enrolladas, conciliadoras, en el fondo de los vasos
esperando aquí y allá,
en el jardín;
el engaño fugaz del partido de fútbol se borrará ante la
lenta verdad de las sombras que se arrastran detrás de
los jugadores, sobre el pasto cada vez más oxidado.
.
(Traducción: Delphine Simonin)
 
 
(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)

Ioan Es. Pop ( Rumania, 1958)

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EL BANQUETE

 

siempre ha sido así en nuestra casa:
tres camas por las que teníamos que pasar
todos, uno a uno. por generaciones, cada uno ha
seguido ese recorrido que se ha hecho ley con el
tiempo.
nuestra casa se fundó sobre esa ley.
nosotros hemos sido los últimos en nacer. a los
recién nacidos
les toca estar en el rincón luminoso del cuarto.
somos demasiado nuevos en el mundo para
comprender
que en esta casa hay más gente. nuestro mundo
se reduce a la cama iluminada bajo la ventana.
pasan años hasta que nos damos cuenta de que
nuestros padres
también viven aquí, pero en otra cama, más alejada,
donde la luz llega con dificultad.
ellos hacen menos ruido, se mueven menos que
nosotros.
pero pasan años hasta que lo comprendemos.
y un día descubrimos que más allá de ellos, en el
rincón
más oscuro del cuarto, hay una tercera cama
y cuando lo averiguamos dejamos de reír;
pensábamos que ahí, en la sombra, se acababa el
mundo
y ahora nos encontramos con que alguien respira
ahí y nadie
le hace caso,
me dicen tan solo: allí está el viejo de la casa, es el
padre de todos nosotros.
así que ahí hay un padre, así que aquel rincón
existe, me digo.
luego nos acostumbramos y se nos olvida y solo de
noche
escuchamos los jadeos de aquel que está en ese rincón;
quién demonios lo habrá metido en nuestro mismo
cuarto.
todavía vivo en la cama de al lado de la ventana,
pero ya no me río
del que jadea en el rincón opuesto:
lo que realmente creo es que no nos lo muestran
adrede.
y cuando un día lo sacan fuera, lo sacan del cuarto
incluso con su propia sombra y para nosotros sigue
siendo un gran desconocido.solamente me dejan tocar la madera fresca de su
ataúd.
mientras que mi padre, desde la segunda cama, pasa
junto con su sombra a la cama del que se acaba de ir,
yo paso a su cama, y carne joven ocupa mi cama de
antes.
pero todo sucede lentamente y de una
cama a otra se pasa después de una larga espera:
ganarse
la cama siguiente es la consecuencia de una terrible
batalla,
de un combate largo y secreto.
los de la primera cama ya codician la segunda,
cosa que se les lee en los ojos, yo mismo me siento
empujado de noche por una gran codicia a ocupar
el sitio
del de la tercera cama, cuyos jadeos se han vuelto
cada vez más molestos ahí en su oscuro rincón.
y un día, vuelven a vaciar la tercera cama y
al de ahí lo sacan y lo meten bien metido en la
cuarta cama,
que lleva tapa, no sea que vuelva, porque
su cama ha sido ya ocupada y la segunda cama ha
sido acaparada por los otros
y en la primera cama se escuchan huéspedes nuevos
que todavía no oyen
cómo alguien comienza a jadear en la cama del
fondo y ese alguien precisamente soy yo.
y en ese instante el día se vuelve más intenso.
 

traducción Corina Oproae
 
(Fuente: Adriana Hoyos)

 

constantino mpolás andreadis (Buenos Aires)

 

POEMAS PARA SER LEÍDOS EN LOS OTROS - 2 
 

A MACEDONIO FERNÁNDEZ
 

el poema es una lengua que habla
en lenguas:
cada palabra es una camisa de fuerza:
el poema no tiene lengua sino lenguas
y esa lengua que no tiene es la lengua
del poema:
 
escribirlo es saltearlo:
encerrado en su sobretodo
macedonio
se ríe de todo:
 
muerto
cree en la inmortalidad:
como los cangrejos y las uvas
 
macedonio es natural como la muerte:
si no fuera porque el poema es un acto
contra natura
macedonio el inmortal no estaría
tan muerto como no está:
 
el que escribe este poema no es
macedonio
¿el que escribe este poema no es
macedonio?
macedonio es la lengua de este
poema
la lengua que macedonio acaba
de inventar:
 
si escribir un poema es
traducirlo a su lengua
es porque el poema es
intraducible
y su escritura es imposible porque
es posible
y si es posible es porque el poema
es imposible:
 
el poema es la distancia que separa
un poema de otro
y esa distancia es la lengua del lector
y el lector para leerlo lo saltea
 
y leerlo es leerlo a la luz de la risa de
macedonio:
el sobretodo y el echarpe de
macedonio son la libertad
del poema:
si no fuera porque macedonio es
macedonio el poema no
sería tan inmortal como
tampoco es
 
 

LITERATURACONSTANTINO.BLOGSPOT.COM
 
(Fuente: Meta Poesía)

 

Antonio Orihuela (España, 1962)

 

DUDA

 



 

España debe de ser de los únicos lugares del mundo donde la gente agita una bandera para expresar que odia a la mayor parte del resto del país.

 

https://www.publico.es/tremending/2020/05/18

 

 

 

Sé qué bandera llevarme al partido de fútbol,

a los toros, a la manifestación de Vox,

a la visita del Papa, a la feria, al Rocío,

a la jura de la constitución de la princesa Leonor.

 

Sé qué bandera ponerme en la mascarilla, en el balcón,

y qué bandera ondear en Eurovisión.

 

¿Pero a la cola del hambre

qué bandera me llevo yo?




Antonio Orihuela. El fuego desde el otro lado. Ed. La tortuga búlgara, 2023

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

Emily Dickinson (EEUU, 1839 - 1886)

 

Aquel primer día... J659 (1862)

Emily Dickinson - Aquel primer día... J659 (1862)

 

Versión: Isaías Garde


Aquel primer Día, cuando me elogiaste, Dulce,

Y dijiste que yo era fuerte-

Y que podría ser poderosa, si quisiera-

Aquel Día -entre los Días-


Resplandece Central -como una Joya

Entre Oros Divergentes-

El Ínfimo -que brillaba detrás-

Y el más Vasto -el del Mundo.

 


J659 (1862)


That first Day, when you praised Me, Sweet,

And said that I was strong -

And could be mighty, if I liked -

That Day - the Days among -


Glows Central - like a Jewel

Between Diverging Golds -

The Minor One - that gleamed behind -

And Vaster - of the World's.

 

(Fuente: Zoon Phonanta)

 

Eliana Tomassini (Punta Alta, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1988)

 


 

Eliana Tomassini (Punta Alta, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1988). Es egresada en Economía (UNMDP) y Magíster en Escritura Creativa (UNTREF). Publicó el poemario Algún recuerdo de intimidad (Alción Editora). Por su último libro inédito fue finalista de la III edición del Premio Internacional de Poesía de Fuente Vaqueros y fue elegida para realizar la residencia internacional de escritura creativa en Can Serrat, ambos en España.

 

 

Aliteraciones de la noche

 

I.

fumo y escribo
escribo y fumo
exhalo filamentos grises
que ágiles se deslizan
desaparecen en el aire negro
su cuerpo su forma
una fluidez de baile sentido
una destreza única para la huida
como este poema
mi garganta sabe
hoy entera la noche
abismo concentrado
solo cueva
énfasis
tinta
y tinto

 

II.

llega la noche
el día se queda
en alguna insistencia
algún insecto en la oreja en un
zumbido
la yema del pulgar repite su movimiento
suena el chasquido del encendedor
la llama por fin aparece
acerco el tabaco aspiro
el instante vivo
con su gracia de ser
y la astuta picardía
de nunca ser
poseído

 

III.

quién dijo que la oscuridad es
costumbre de la tristeza
si el mundo es evidencia
con su luz tanta
la crueldad no puede ser disimulada
tampoco los excesos de ausencia
si la infancia es la primera luz encendida
la misma que tanta se filtra
de a ratos ciega
y quema

 

(Fuente: Buenos Aires Poetry)

Ignacio Oliden (Buenos Aires, 1997)

 


 

Ignacio Oliden (Buenos Aires, 1997) es poeta, traductor, y crítico literario. Es editor de La Piccioletta Barca y miembro del Comité Editorial de la revista y sello Buenos Aires Poetry. También ejerce la crítica literaria en el Suplemento de Cultura del diario Perfil. Editó y tradujo la antología Poetas del Renacimiento de Harlem (2023) junto a Juan Arabia. Sus poemas aparecieron en revistas y periódicos de diversos países, y fueron traducidos al inglés, griego, e italiano. Algunos de ellos fueron compilados en Mester de Juglaría (2024).

 

 

caminata nocturna

 

a la espera del semáforo
roncan desde las puertas los sueños pobres
pequeños en el umbral y envueltos
como orugas entre las espinas de un cactus

alguien irritado contra los que están a pie
           los puso ahí
y los deja en reposo aparente
en el frío más frío de los últimos veinte años
frío que no deja ni apretar el puño con violencia
frío capaz de matar a mi perro viejo

el hambre no va a ninguna parte
más bien todo viene al hambre
como dijo porchia      como el mañana
que también viene al hambre

el día es un bosque impenetrable para ellos
y esto es una bola
que cae
y que está rodando hacia los pies de todos nosotros

 

 

 


Poesía Argentina | Buenos Aires Poetry 2024

 

(Fuente: Buenos Aires Poetry)

Josefa Parra Ramos (Jerez de la Frontera, España, 1965)

 

Los otros cuerpos son como caminos


Entre el humo caliente de los puestos de feria,
te encuentro deslizándote, delfín incandescente,
en el gesto fugaz de un hombre que no eres,
o en los ojos bellísimos de algún desconocido.
Por apresarte, entonces, no me importa besarte
en otros labios, darme a un cuerpo que te evoca.
Por estrecharte un cerco, oficio extraños ritos
y adoro a extraños seres como tú masculinos.
Pienso que la insistencia por fuerza ha de vencerte,
que una noche serás de verdad tú el que llegue
en medio de los ruidos y los rancios olores.
Y, aunque nunca te he visto, voy a reconocerte.

 

(Fuente: Life vest under your seat)

 

Eva Tur (Ibiza, 1976)

 

visita a temiscira








 
 
Em treuré l’escurçó
per fer-me abraç de pa,
de llet tèbia, per
ser bàlsam dels malsons,
caliu d’espurna.
Creuaré
badies, sabré allunyar els taurons
de dents lluentes.
Vigilaré la finca
cridant
els animals nocturns
quan la nit sigui fosca
—tan fosca com ho fórem naltros junts—
demanant que em sobrevolin
amb el seu pit de plata,
igual que una llàntia viva,
i m’udolin
els secrets sagrats del bosc.

~

Sacaré mi aguijón
seré abrazo de pan,
de leche tibia, para hacerme
bálsamo de pesadillas,
lumbre de llama.
Cruzaré
bahías, sabré alejar a los tiburones
de dientes luminosos.
Vigilaré la finca
llamando
a las bestias nocturnas
en las noches oscuras
—tan oscuras como fuimos los dos—
para que me sobrevuelen
con su pecho de plata,
igual que una llama viva,
y me aúllen
los secretos sagrados del bosque.

***

Zenda Libros
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

Lidia Rocha (Trenque Lauquen, Argentina, 1959)

 

De "Hechicerías"


 
 
3

Viniste a mí sin soltarme los ojos. 

Yo cabalgaba una ola 
revolcada de arena y malos pensamientos. 

Sobre el acantilado, 
un nido minúsculo era tu alma. 
Quería alcanzarla en el oleaje. 
Fui llegando a la cima. 

Las fuerzas naturales desconocen la pena. 
El pecado también. 

Desde entonces te fue dada la sabiduría. 
Lo demás ya me pertenece. 
Soy tu ama ahora. 
Llamáme Wanda. 


19

Cerca del lago hay un árbol añoso,
sus hojas secas caen sobre el agua.

Te das vuelta para verme llegar.

No sonrías. 
No vas a derrotarme. 

Las alimañas que viven en lo oscuro 
se aliaron en tu contra. 

Borrá de tu futuro la mañana 
y el sol. 


31

En el invierno de Anglesey acá es verano. 
¿Sentís la luz del bosque de araucarias, 
la brisa que acaricia lupinos y pehuenes? 

Un gato de montaña te está soñando muerto 
aunque tu barco se hunde en el Mar del Norte. 

Pequeño druida, si fueras un náufrago, 
no te rescataría de las aguas heladas.
 
Oigo una ópera oscura, 
un huracán que poda los árboles 
y deja ramas alrededor de tu cadáver,
tieso sobre las losas de un santuario. 

Los pescadores sacan los restos. 
Lo que no se comieron los peces 
se lo llevan los pájaros. 

Los ojos azules colgados del corazón de la borrasca.



Hechicerías
,
Sigamos Enamoradas,
Olivos, Argentina, 2024









---
Foto: Lidia Rocha / Facebook
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Cristina Peri Rossi (Uruguay, 1942)

 


 






ESTRATEGIAS DEL DESEO




Las palabras no pueden decir la verdad

la verdad no es decible

la verdad no es lenguaje hablado

la verdad no es un dicho

la verdad no es un relato

en el diván del psicoanalista

o en las páginas de un libro.

Considera, pues, todo lo que hemos hablado tú y yo

en noches en vela

en apasionadas tardes de café

London, Astoria, Arlequín

sólo como seducción

en el mismo lugar que las medias negras

y el liguero de encaje:

estrategias del deseo.




Cristina Peri Rossi

Estrategias del deseo


Lumen

 

(Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

Charles Wright (EEUU, 1935)

 

 

Ojo

 

Insensible o discreto,
a su puerta se agolpan las pasiones

que buscar ingresar.
Reúne las distintas estaciones

mohosas y con sangre
revuelta entre las nubes.

El futuro es un mapa
cuando se cierra el párpado.

Es un reflejo
y es una matriz.

El derecho, el izquierdo:
indistinguibles.
 
 
  Traducción de Ezequiel Zaidenwerg 

 

viernes, 30 de agosto de 2024

Pablo Ananía (Rosario, 1942)

 


 

OFRENDA

 

Sos un acróbata. Tu arte exige equilibrio,
fuerza, concentración y capacidad de salto,
ir de un trapecio a otro con un ojo en las
vibraciones de las cuerdas flojas y con el
otro en los nudos que se hacen y deshacen
en tu vuelo. 
 
No hay frontera que pueda detener tu viaje
hacia el templo del sol donde se enciende
la luz última. La sustancia gramática de tu
yo será como la del pájaro que sólo desea
alejarse del tierno musgo del suelo aún
cuando está cayendo de su nido. 
 
Sos en el aire un animal pequeño que se vuelve
transparente sin que se dañe su caletre. Vos mismo
(¿oyente, lector, músico o espejo?) deberías tratarte
de forma protectora. Como a la cabeza de un niño,
de un loco o de tu amada. 
 
Si ella se entrega no dejes de besarla en la boca.
Fluye oro de tu lengua como oro fluye del cielo
rojo de Coghlan. Entre tus dientes está esa presa
de tu instinto, el poema, que has de poner sobre
la mesa, ese espacio rodeado de luz de la mente.
 
Te deseo que algo así te suceda el próximo solsticio
de verano cuando ninguna sombra salga al encuentro
de tu vuelo. Como si fueras realmente un pájaro o un
acróbata que acaba de hacer nido en el viento.
.....
 
(Fuente: Daniel Freidenberg)

 

Diego Brando (Córdoba, 1987)

 

2
 
Detrás de nosotros, palomas blancas y negras
sobre los galpones abandonados
que antes conservaban intactos camiones de acero.
Volvos de todo tipo: Frontal, Titán y Deux.
Conmigo el electricista que instala en el fondo del patio
un farol restaurado para darle seguridad a mi familia.
Me dice: «Hay que pintar el techo, las paredes,
sacar el barro que se junta y que te agrieta la casa».
Yo pienso que sí, que ya lo voy a hacer,
mientras me acomodo el gorro polar sobre la cabeza.
Cuando termine y se vaya, prenderé un cigarrillo
y esperaré la noche. Más tarde, sentiré
el arrullo de las palomas
y sabré finalmente cuánta pena valió
haber dado luz sobre el desastre.
 
 
 
de "Todo lo que se hunde" - Editorial Vilnius (2018)

 

Emilio Adolfo Westphalen (Lima, 1911 - 2001)

 

 

Cuál es la risa leve cubierta de espuma

 

Cuál es la risa leve cubierta de espuma
Que anuncia el amor
Cuál la túnica desvanecida que oculta
Los lentos puñales ciegos del amor
Cual el momento en el cual aparece indudable
Benévolo golpe de sangre sobre la arboleda
Y los trozos de un cuerpo en estado de putrefacción
Aún se hacen visibles sobre la muralla de mármol.

 

 

El mar en la ciudad

 

¿Es éste el mar que se arrastra por los campos,
Que rodea los muros y las torres,
Que levanta manos como olas
Para avistar de lejos su presa o su diosa?

¿Es éste el mar que tímida, amorosamente
Se pierde por callejas y plazuchas,
Que invade jardines y lame pies
Y labios de estatuas rotas, caídas?

No se oye otro rumor que el borboteo
Del agua deslizándose por sótanos
Y alcantarillas, llevando levemente
En peso hojas, pétalos, insectos.

¿Qué busca el mar en la ciudad desierta,
Abandonada aun por gatos y perros,
Acalladas todas sus fuentes,
Mudos los tenues campanarios?

La ronda inagotable prosigue,
El mar enarca el lomo y repite
Su canción, emisario de la vida
Devorando todo lo muerto y putrefacto.

El mar, el tierno mar, el mar de los orígenes,
Recomienza el trabajo viejo:
Limpiar los estragos del mundo,
Cubrirlo todo con una rosa dura y viva.

 

 

He dejado descansar tristemente mi cabeza

 

He dejado descansar tristemente mi cabeza
En esta sombra que cae del ruido de tus pasos
Vuelta a la otra margen
Grandiosa como la noche para negarte
He dejado mis albas y los árboles arraigados en mi garganta
He dejado hasta la estrella que corría entre mis huesos
He abandonado mi cuerpo
Como el naufragio abandona las barcas
O como la memoria al bajar las mareas
Algunos extraños sobre las playas
He abandonado mi cuerpo
Como un guante para dejar la mano libre
Si hay que estrechar la gozosa pulpa de una estrella
No me oyes más leve que las hojas
Porque me he librado de todas las ramas
Y ni el aire me encadena
Ni las aguas pueden contra mi sino
No me oyes venir más fuerte que la noche
Y las puertas que no resisten a mi soplo
Y las ciudades que callan para que nos aperciba
Y el bosque que sé abre como una mañana
Que quiere estrechar el mundo entre sus brazos
Bella ave que has de caer en el paraíso
Ya los telones han caído sobre tu huída
Ya mis brazos han cerrado las murallas
Y las ramas inclinado para impedirte el paso
Corza frágil teme la tierra
Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho
Ya los cercos están enlazados
Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia
Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos
Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos
Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea
Mi cabeza he dejado rodar
Mi corazón he dejado caer
Ya nada me queda, pata estar más seguro de alcanzarte
Porque lleva prisa y tinieblas como la noche
La otra margen acaso no he de alcanzar,
Ya que no tengo manos que se cojan
De lo que está acordado para el perecimiento
Ni pies que pesen sobre tanto olvido
De huesos muertos y flores muertas
La otra margen acaso no he de alcanzar
Si ya hemos leído la última hoja
Y la música ha empezado a trenzar la luz en que has de caer
Y los ríos te cierran el camino
Y las flores te llevan en mi voz
Rosa grande ya es hora de detenerte
El estío suena como un deshielo por los corazones
Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarse
Las salidas están guardadas
Rosa grande ¿no has de caer?

 

 

La mañana alza el río

 

La mañana alza el río la cabellera
después la niebla la noche
el cielo los ojos
me miran los ojos del cielo
despertar sin vértebras sin estructura
la piel está en su eternidad
se suaviza hasta perderse en la memoria
existía no existía
por el camino de los ojos por el camino del cielo
qué tierno el estío llora en su boca
llueve gozo beatitud
el mar acerca su amor
teme la rosa el pie la piel
el mar aleja su amor
el mar
cuántas barcas
las olas dicen amor
la niebla otra vez otra barca
los remos el amor no se mueve
sabe cerrar los ojos dormir el aire no los ojos
la ola alcanza los ojos
duermen junto al río la cabellera
sin peligro de naufragio en los ojos
calma tardanza el cielo
o los ojos
fuego fuego fuego fuego
en el cielo cielo fuego cielo
cómo rueda el silencio
por sobre el cielo el fuego el amor el silencio
qué suplicio baña la frente el silencio
detrás de la ausencia mirabas sin fuego
es ausencia noche
pero los ojos el fuego
caricia estás los ojos la boca
el fuego nace en los ojos
el amor nace en los ojos el cielo el fuego
el fuego el amor el silencio

 

 

Andando el tiempo

 

Andando el tiempo
Los pies crecen y maduran
Andando el tiempo
Los hombres se miran en los espejos
Y no se ven
Andando el tiempo
Zapatos de cabritilla
Corriendo el tiempo
Zapatos de atleta
Cojeando el tiempo
Con errar de cada instante y no regresar
Alzando el dedo
Señalando
Apresurado
Es el tiempo y no tiene tiempo
No tengo tiempo
Mostrar la libreta
Todo en orden
Por aquí a la aventura silencio cerrado
Por allá a la descompuesta inmóvil móvil
Ya llega y tarda
Y se olvida
Por acá con boca falsa y palabras de otra hora
El pañuelo nuevo y pronto
Para el adiós
Adiós y no ha llegado
Ésta es la señal
El tiempo
Casi no es niño
Pero flor no es
Casi
Cuando está sobre un árbol
Se divisa el paisaje la estrella
Los zapatos
Osamentas de pescado
Y el ojo llena el horizonte
El tiempo
Aunque cojee y se hiera y se lamente
Prohibido
No te hagas tan silencio
La nube sabe de otro lugar
Son las escaleras que bajan
Porque nadie sube
Porque nadie muerde la nuca
Sino las flores
O los pies llagados
Andando y sangre de tiempo
Gotas de lluvia el torrente
La mano llega
Éste es su destino
Llegar el tiempo
Se devuelve y usted sabe más
Estaba junto al silencio
Estaba con ojos pequeños
La mano a lo desierto
El pie a lo ignorado
Indudable
Los huesos prestados podían ser míos
Si un leve signo no dijera
Y no decía
Alzada levantada
Me doy a tu más leve giro
Al amor de las pestañas
A lo no dicho
Vértigo
Te temía sin noche y sin día
Aunque no regreses
Por la marcha de mis huesos a otra noche
Por el silencio que se cae
O tu sexo

 

(Fuente: Zenda libros)

 

Alejandro Nicotra (Córdoba, 1931 - 2024)

 


ARTE POÉTICA
 

1. Celda
 
Monstruos y mariposas
de la lámpara:
sombras por el cuarto encalado.
He ahí la poesía
de tu hado.
(Su realidad, tu inexistencia.)
 
Manchas anónimas, sobre el papel desierto;
sobre la noche en blanco.
 
 
2. Noche 
 
Digo tu cuerpo con las manos
                    como en voz baja,
como el que sueña en su noche carnal
una luna tangible:
          y se alza,
                      poesía del tacto,
al espacio de los ojos cerrados,
desde la informe oscuridad,
─égloga, himno, epitalamio─
su clara efigie.
 
 
3. Imagen
 
Eres como la poesía
que nunca escribiré. Indecible,
te vestí, sin embargo, de palabras iguales a la noche,
puse en tu mano el anillo de un adiós.
 
Pero es desnuda como me acompañas.
 
 
(Fuente: Cecilia Pontorno)

 

Miguel Ojos (Miguel Muñoz, Madrid, España)

 

VOZ DE VELA
 
 

Me vienes a buscar
cuando se va la luz
y aquí me encuentras,
aguardando en la sombra
a que me tomes,
me acaricies,
me enciendas,
me permitas brillar
en tus pupilas
y agigantar tu sombra
en la pared,
aunque tu sombra sea
mi desgracia,
pues la miras a ella
y te olvidas de mí,
que me estoy derritiendo
hasta morir
en un lago de lava
transparente...
¡Pero, no,
antes vuelve la luz!
Ya tu sombra gigante
te abandona,
ya me miras de nuevo,
me soplas y me salvas
de la muerte,
me devuelves menguada
a este cajón de sombras
donde he vivido siempre,
y te alejas,
y alcanzo a susurrarte,
todavía caliente:
me queda mucha mecha,
no me olvides.

 

Charly García (Carlos Alberto García Moreno, Buenos Aires, 1951)

 

MIENTRAS MIRO LAS NUEVAS OLAS 

 


Saben los que te conocen
Que no estás igual que ayer
¿Te acuerdas de Elvis cuando movió la pelvis?
El mundo hizo ¡Plop! y nadie entonces podía entender
Qué era esa furia
Pues bien el muchacho se hizo rico y entonces
Las dulces canciones conquistaron las señoritas,
A papá y mamita
¿Te acuerdas del Club del Clan y la sonrisa de Jolly Land?
La música sigue pero a mí me parece igual.
¿Te acuerdas de los bailes de los palos de escoba?
¿Te acuerdas que entonces era la Nueva Ola? y bien,
¿Qué es esto de nuevo?
Te acuerdas del tipo que rompía las guitarras
Cuando nadie tenía un miserable amplificador?
¡Hay miles ahora!
Corbatas con saco gris
Flequillo sólo hasta la nariz
La historia prosigue pero yo ya la vi
Qué bueno estar en la playa cuando se han ido
Los que tapan toda la arena con celofán,
Recordar las estrellas que hemos perdido
Y pensar a ciencia y verdad nuestro porvenir
¿Será como lo imagino o será un mundo feliz?
Amo estar bien, bien solo lejos del ruido
Descubriendo por qué olvidamos y volvemos a amar
Y pensar qué sería de nuestra vida
Cuando el fabricante de mentiras deje de hablar
Mientras miro las nuevas olas
Yo ya soy parte del mar.
 
Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona y ave marina
 
 
(Fuente: Mari Lamas)