miércoles, 25 de diciembre de 2013

Poemas escogidos


Jorge Eduardo Eielson




Lo que quiero decir
Es que no tengo nada que decir
Que todo lo que digo
Lo digo solamente
Solamente lo digo
Sin decir nada
Que mis palabras son fragmentos
Balbuceos de una frase oscura
Migajas de una vieja historia
Repleta de personajes
De señores y señoras que pasean
Bajo grandes cielos mudos
Sin saber que su sonrisa
Sus vestidos y sus huesos
Paseaban tranquilamente
Hace millares de años
Y seguirán paseando todavía
Millares de años más. Fragmentos
De una catástrofe celeste
De un insondable estornudo
Tan parecido al amor
Y hasta a la misma muerte
Que no distingue la arcilla
De la nada y nos sorprende cada día
Amarrados a una cama o una silla
Bajo la misma luz amarilla
El mismo miserable torbellino


Jorge Eduardo Eielson (1924, Lima, Perú / 2006, Milan, Italia)

Fuente: www.tierraignea.blogspot.com

Fotografía de Baldomero Pestana en www.baldomerapestana.com

sábado, 21 de diciembre de 2013

Antonio Cisneros (Perú, 1942 - 2012)


Cuatro boleros maroqueros


1
Con las últimas lluvias te largaste
y entonces yo creí
que para la casa más aburrida del suburbio
no habrían primaveras
ni otoños ni inviernos ni veranos.
                                                 Pero no.
Las estaciones se cumplieron
como estaban previstas en cualquier almanaque
Y la dueña de la casa y el cartero
no me volvieron a preguntar
por ti.


2
Para olvidarme de ti y no mirarte
miro el viaje de las moscas por el aire
           Gran estilo
           Gran velocidad
           Gran altura.

3
Para olvidarte me agarro al primen tren y salgo al campo
Imposible
Y es que tu ausencia
tiene algo de Flora de Fauna de Pic Nic


4
No me aumentaron el sueldo por tu ausencia
sin embargo
el frasco de Nescafé me dura el doble
el triple las hojas de afeitar


Antonio Cisneros (1942, Lima, Perú)
De. "El libro del loco amor, 1972



miércoles, 18 de diciembre de 2013

Más Saer


Nuevas aventuras de Robinson Crusoe



El secreto
consiste
en construir
construir
mediaciones
para el trato
con el desierto
máquinas
de palo y lianas
rudimentarias
que defiendan
que den sombra
aunque nada nos libre
del sol
de la memoria
y otros deduzcan
de tan ardua prolijidad
como una llama negra
continua
nuestra locura

Juan José Saer (Serodino, Santa Fe, 1937 - París, 2015)


La pena en esa ciudad



La pena en esa ciudad
eran unos inmensos
                                edificios
blancos y ciegos y adentro
de cada uno había un hombre
para el que en esa
ciudad la pena era
unos inmensos edificios
blancos y ciegos
con un hombre adentro
para el cual la pena
                               en esa ciudad
era un edificio blanco
con un hombre adentro
                               blanco y ciego

 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Poemas escogidos: Alberto Girri



¿EN EL IDIOMA DE HEGEL?


Una lógica
de afirmaciones y negaciones,
                            y en la que toda
afirmación, negación,
se trasciende,
                       y con la cual,
con su perfecto armado,
se produce, atrae,
un vacío distante lo mismo
de la nada que de la existencia,
                           luz como vacío
                           vacío como luz,
vacío y luz simultáneos,
vacío flagrante símbolo
del que presume llamarse
espíritu absoluto,
                          y vacío desde donde
enseguida se nos arroja
al mareo de la contradicción,
                                       una lógica
reconociendo argumentos para actitudes
opuestas a ella,
                        los de los creyentes
en que sin intención de Dios
ni de lejos habrá nunca huellas,
sombra, presencia
de tal espíritu
                        como ni siquiera
habrá tampoco historia.


domingo, 15 de diciembre de 2013

Fogwill: Tras el cristal de la pecera de acuario


La tibia luz
azul
titila en la pecera

la tibia luz
titila
azul
por la pecera
de nuestra era

tibia
la luz
de la pecera
titila
en nuestra era

en la era
de la pecera
de acuario

en la era titilante
y tibia








¡Somos
los entibiados!

los que en la era
de la pecera
nadando
acariciamos
el cristal
que reproduce
la tibia luz
de nuestras formas
reflejas



Aquí
reflejo
somos

juntos
en la pecera
estamos

puros reflejos
de la pecera
nadando
solos
nos deslizamos
envueltos
en su atenuada
y tibia
luz

luz azulina
no mortecina:

medida
retenida

luz contenida
en el vacío artificial
donde la ínfima materia
repite, contenida
su combustión artificial





La tibia luz
la tibia luz
la tibia luz
titila

o vibra, azulina
entibiando todo




Ay tibios
habitando
la hora interminable
de nuestra flotación interminable

ay peces
envolviéndonos
en esta música
del burbujeo del aire

oyendo
juntos
el ronroneo de la tibieza
el burbujeo del aire
el borboteo del bienestar
la vibración de la pecera

aire insuflado
esferas elevándose
como nosotros,
siempre buscando
la superficie
de la pecera

siempre encontrando
donde estallar
fuera de la pecera

ahí:
alto en el agua
donde termina el agua



¡Esferas eternamente repitiéndose para estallar!

¡formas que eternamente se suceden solo para estallar ahí....!

formas intermitentes
puros reflejos
efectos de la luz
sobre lo que contuvo al aire

nada:
aire igual
bolsas de lo inasible

¡cómo acarician al pasar
y vuelan
hacia la superficie
para perderse..!





Desde la misma
superficie
de la pecera
llegan los copos
de nuestro balanceado pan

¡lluvia que trae el pan nuestro
de cada instante
a la pecera
de una era
sin días!

a la pecera
sin jornadas

a la pecera
sin respiro
donde el agua, indolora
acaricia
la permanente flotación
deslizándose







Pero
tras el cristal y fuera
de la tibieza
de nuestra era
lejos del burbujear
de la pecera
fuera del bienestar
de nuestra tibia
y acariciada flotación
pasan
como agrandadas
sombras


¿Formas humanas..?

¿imágenes que suben del pasado...?

¿imágenes de un mundo,
como si hubiera mundos
fuera de la pecera..?

¿señales de una era imperfecta, anterior..?

¿indicios de los que sirven a la pecera
insuflan aire
vierten copos
o cuidan la tibieza
de nuestra luz?

¿efectos
de nuestros sueños
contra el cristal?

¿efectos del cristal
de las preguntas
retóricas?

¿o de la opacidad de las respuestas?


Si fuese así
decí:

¿por que flotamos
tan apegados
a la luz?

¿por qué nadamos
acariciando
la tibieza
azulina
del agua?


¿y por qué desplazamos
estos brillos tan tenues
de nuestra piel por la pecera...?

¿solo para girar
levemente y tenues
y desplazarnos siempre
en círculos
frente al vacío reflejo
que nos contuvo?

¿para brillar en el vacío
que nos contuvo?

¿o "tuvo"?
¿o nos contiene?
¿o representa,
alienta,
entibia,
atrapó,
o formó y sobrevive.?
¿o burla...?



Viejas preguntas
de una era
olvidada:

¿pero por qué tenemos estos labios tan grandes...?

para besar mejor
la imagen reflejada
de nuestros labios
en el cristal

¿y por qué lucimos estos brillos tan te-
nues en nuestra piel, en la pecera...?

para brillar
levemente y tenues
al desplazarnos
en círculos
brillantes
por la pecera
frente al cristal

¿y por qué este hábito semiflotante
de habitar brillando, circulando, hundidos...?




¿Jamás sabremos nunca?

¿nunca más
intentaremos responder?

¿y nadaremos siempre
en nuestro todo
sin saber nada
sin poder nada
sin querer nada
puro nadar,
nosotros?




¿Basta esperar
en la pecera?

¿basta habitar
la espera
como si algo
viniera a suceder
al sol desaparecido
de acuario?

¿a ese sol
que nadie
entre los nuestros
recordará?





Buen: dale
calla pez
de una vez

no hay fuera
ni después
de la era
donde nadas
repitiendo tus formas
contra el cristal
de cada instante
en un tiempo medido
por el subir del aire
con un ritmo visual,
de vibración y vuelo
de aire a lo alto
buscando disolverse
y desaparecer...





Mide: medí tu tiempo
intercalando
en las esferas
que huyen,
el canto
de tu libertad
escuchada


Oid flotantes el burbujeo del aire



no hay nada afuera
ahí derramándose

todo está adentro
aquí, ordenándose

todo está en la pecera

aquí pez,
en tu era
que ya es lo que es





¡Y el burburjeo sagrado
de los instantes, oid!

y escuchá -oid- cómo estallan
las inocuas esferas
de aire insuflado
para alentar
ondulaciones breves
y vagos desplazamientos de agua
dispuestos a brillar
como antes



Sí:

allí en límite del agua
a punto de temer como antes

aquí o tal vez fuera del agua,
a punto de empezar como antes

así: como creí
a punto de poder como antes
de que la era comenzase
su terminar para nosotros, fijos
a la tibieza
de este habitar sin manos, pez,
junto a mí, aquí, otra vez
de nuevo, juntos
y aún ateridos por la caricia
de girar, nadando, aquí
pero cantando así

si

sí:
siempre invocando un ruido
de rotos
cristales
imaginados.
La tibia luz
azul
titila en la pecera

la tibia luz
titila
azul
por la pecera
de nuestra era

tibia
la luz
de la pecera
titila
en nuestra era

en la era
de la pecera
de acuario

en la era titilante
y tibia








¡Somos
los entibiados!

los que en la era
de la pecera
nadando
acariciamos
el cristal
que reproduce
la tibia luz
de nuestras formas
reflejas



Aquí
reflejo
somos

juntos
en la pecera
estamos

puros reflejos
de la pecera
nadando
solos
nos deslizamos
envueltos
en su atenuada
y tibia
luz

luz azulina
no mortecina:

medida
retenida

luz contenida
en el vacío artificial
donde la ínfima materia
repite, contenida
su combustión artificial





La tibia luz
la tibia luz
la tibia luz
titila

o vibra, azulina
entibiando todo




Ay tibios
habitando
la hora interminable
de nuestra flotación interminable

ay peces
envolviéndonos
en esta música
del burbujeo del aire

oyendo
juntos
el ronroneo de la tibieza
el burbujeo del aire
el borboteo del bienestar
la vibración de la pecera

aire insuflado
esferas elevándose
como nosotros,
siempre buscando
la superficie
de la pecera

siempre encontrando
donde estallar
fuera de la pecera

ahí:
alto en el agua
donde termina el agua



¡Esferas eternamente repitiéndose para estallar!

¡formas que eternamente se suceden solo para estallar ahí....!

formas intermitentes
puros reflejos
efectos de la luz
sobre lo que contuvo al aire

nada:
aire igual
bolsas de lo inasible

¡cómo acarician al pasar
y vuelan
hacia la superficie
para perderse..!





Desde la misma
superficie
de la pecera
llegan los copos
de nuestro balanceado pan

¡lluvia que trae el pan nuestro
de cada instante
a la pecera
de una era
sin días!

a la pecera
sin jornadas

a la pecera
sin respiro
donde el agua, indolora
acaricia
la permanente flotación
deslizándose







Pero
tras el cristal y fuera
de la tibieza
de nuestra era
lejos del burbujear
de la pecera
fuera del bienestar
de nuestra tibia
y acariciada flotación
pasan
como agrandadas
sombras


¿Formas humanas..?

¿imágenes que suben del pasado...?

¿imágenes de un mundo,
como si hubiera mundos
fuera de la pecera..?

¿señales de una era imperfecta, anterior..?

¿indicios de los que sirven a la pecera
insuflan aire
vierten copos
o cuidan la tibieza
de nuestra luz?

¿efectos
de nuestros sueños
contra el cristal?

¿efectos del cristal
de las preguntas
retóricas?

¿o de la opacidad de las respuestas?


Si fuese así
decí:

¿por que flotamos
tan apegados
a la luz?

¿por qué nadamos
acariciando
la tibieza
azulina
del agua?


¿y por qué desplazamos
estos brillos tan tenues
de nuestra piel por la pecera...?

¿solo para girar
levemente y tenues
y desplazarnos siempre
en círculos
frente al vacío reflejo
que nos contuvo?

¿para brillar en el vacío
que nos contuvo?

¿o "tuvo"?
¿o nos contiene?
¿o representa,
alienta,
entibia,
atrapó,
o formó y sobrevive.?
¿o burla...?



Viejas preguntas
de una era
olvidada:

¿pero por qué tenemos estos labios tan grandes...?

para besar mejor
la imagen reflejada
de nuestros labios
en el cristal

¿y por qué lucimos estos brillos tan te-
nues en nuestra piel, en la pecera...?

para brillar
levemente y tenues
al desplazarnos
en círculos
brillantes
por la pecera
frente al cristal

¿y por qué este hábito semiflotante
de habitar brillando, circulando, hundidos...?




¿Jamás sabremos nunca?

¿nunca más
intentaremos responder?

¿y nadaremos siempre
en nuestro todo
sin saber nada
sin poder nada
sin querer nada
puro nadar,
nosotros?




¿Basta esperar
en la pecera?

¿basta habitar
la espera
como si algo
viniera a suceder
al sol desaparecido
de acuario?

¿a ese sol
que nadie
entre los nuestros
recordará?





Buen: dale
calla pez
de una vez

no hay fuera
ni después
de la era
donde nadas
repitiendo tus formas
contra el cristal
de cada instante
en un tiempo medido
por el subir del aire
con un ritmo visual,
de vibración y vuelo
de aire a lo alto
buscando disolverse
y desaparecer...





Mide: medí tu tiempo
intercalando
en las esferas
que huyen,
el canto
de tu libertad
escuchada


Oid flotantes el burbujeo del aire



no hay nada afuera
ahí derramándose

todo está adentro
aquí, ordenándose

todo está en la pecera

aquí pez,
en tu era
que ya es lo que es





¡Y el burburjeo sagrado
de los instantes, oid!

y escuchá -oid- cómo estallan
las inocuas esferas
de aire insuflado
para alentar
ondulaciones breves
y vagos desplazamientos de agua
dispuestos a brillar
como antes



Sí:

allí en límite del agua
a punto de temer como antes

aquí o tal vez fuera del agua,
a punto de empezar como antes

así: como creí
a punto de poder como antes
de que la era comenzase
su terminar para nosotros, fijos
a la tibieza
de este habitar sin manos, pez,
junto a mí, aquí, otra vez
de nuevo, juntos
y aún ateridos por la caricia
de girar, nadando, aquí
pero cantando así

si

sí:
siempre invocando un ruido
de rotos
cristales
imaginados.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Poemas escogidos: Hugo Gola


Un ejercicio de retórica

 


Un ejercicio de retórica
de pronto adquiere un aire fundamental

Se empieza siempre como jugando
y se termina
con los ojos fuera de las órbitas

Yo no sé cuál es el verdadero camino
los he intentado todos

Sin embargo la sorpresa
irrumpe a veces
por la mañana
cuando recibo el fresco
en mi patio de mosaicos rojos
alérgico y lloroso
sobre el filo mismo
del año que cambia
cuando la depresión
de una noche sin sueño
hunde mi pobre corazón
en el desgano

El comienzo es casi siempre
un juego inofensivo
sobre la hoja blanca
que no dice nada
pero espera
y silenciosamente atrae
como las aguas del río

Uno no sabe casi nada
pero espera
secretamente
con una confianza que le permite soportar
toda la intemperie del mundo

Uno cree
(tiene razones para ello)
que cada cosa tomará sentido
sólo por ese instante de fuego
por ese minuto que sin decirlo
aguarda tembloroso
como la novia
la noche de la boda.

Hugo Gola

Poemas escogidos


Stapelias     (Sonia Scarabelli)


Las Stapelias son unas extrañas plantas suculentas cuyas extremadamente grandes y bellas flores con forma de estrella sueltan un olor pestilente que atrae a las moscas. Su velluda, áspera textura imita la carne podrida de un animal muerto.


Piel de lagarto,
estrella de mar,
carroña

stapelia
orbea variegata

a mi madre y a mí
nos recordaba
la piel de los escuerzos

tu flor brillante abierta
con puntos grietas de oro
sobre el pardo rugoso
de los pétalos

Animalito
de desolación
cuánta belleza
fragilidad detrás
de la máscara
de diosa,

alma escondida
humilde
hablando de la carne
que perece

Fascinadas te vimos
soltar las cinco puntas
de tu estrella
por años
sin saberte
el nombre cierto

¿qué es aprender
un nombre?

temor y reverencia
nos daba
tu flor
de cielo inverso

carita de la vida
de la muerte
hermosura
nuestra

corrupción
que se anuncia
deslumbrando


lunes, 9 de diciembre de 2013

Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 1927)



EL  MENDIGO 



Como  el  que
desde  el  umbral
--ese  mendigo--
extiende  su  mano
y  pide  mudamente

con  temblor.

Como  el  que  postrado
en  el  umbral
extiende  su  mano
temblorosa
y  pide  mudamente
--ese  mendigo--

con  temor.

Como  el  que  mudamente
extiende  su  mano
temblorosa
temerosa
y  pide  postrado
en  el  umbral


como  ese
como  ese


con  temblor  y  temor.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 1927 - 2009)


 

EN  EL  HOSPICIO  



Como  el  que  va  hablando
solo
por   la  calle
tratando  de  entenderse

la   ciudad  es  su   hospicio.

Como  el  que  está
confesando
su  angustia  a  otro
y  ese  otro
es  él  mismo
andando  por  la   calle.

la  ciudad  es  su  hospicio.

Como  el   que   sin   saberlo
va  caminando
entre  la  gente
y  le  hace   extraños  gestos
a  ese   otro
que  es  él  mismo.

la  ciudad  es  su  hospicio.

Como  el   que  de   una  esquina
a   la   otra
camina  y  habla  solo
porque  trata   de  entenderse
con  ese  otro
que  es  él  mismo

como  ese
como  ese

la   ciudad  es   su  hospicio.






viernes, 6 de diciembre de 2013

Hugo Padeletti (Santa Fé, Argentina, 1928 - 2018)

 

La  elocuencia 




Dijo  Emerson:
                        -'Odio
las  citas'.

               Yo  no,  hervimos
a  grados  diferentes.


                               Hay  discursos
sobre  dragones  y  hay  dragones
de  corazones.
                        ¿Qué  argumento
vale  aguardar?

                        (Subamos


al  trampolín.)
                        Las  frases  que  se  apoyan
mutuamente
duermen  juntas;   la  cosa
                                              -la  elocuencia

perfecta-
no  es  su  presa.
                         (Saltemos


del  trampolín.)

                             La 'herida
de  una  mancha',  los  'tridentes
de   un  pájaro',  hasta  'el  gato
que   accede  al  rey'

                                 son  pelos
en  la  trampa.
 
 
 
En Poemas (1960-1980)



lunes, 2 de diciembre de 2013

William Burroughs (EEUU, 1914 . 1997)


Oración del día de acción de gracias



"Gracias por el pavo silvestre y las palomas comunes destinadas
a convertirse en excremento en los intestinos de América,
gracias por un continente para despojar y envenenar,
gracias por los indios que apenas ofrecieron batalla y peligro,
gracias por las vastas manadas de bisontes para matar y despellejar,
abandonando a la podredumbre el cadáver,
gracias por las recompensas a los lobos y coyotes,
gracias por el SUEÑO AMERICANO que vulgariza y falsifica hasta
que brillan las mentiras desnudas,
gracias por el KKK, por los leguleyos asesinos de negros
que hacen muescas, por las damas decentes de rostros
retorcidos y malos y amargos
y malvados que van a la iglesia,
gracias por las calcomanías de “mata a un puto por Cristo”,
gracias por el laboratorio SIDA,
gracias por la ley seca y la guerra contra las drogas,
gracias por un país en que a nadie se le permite ocuparse
de sus propios asuntos,
gracias por una nación de chismosos, sí, gracias por todos los recuerdos,
…hecho, déjame ver tus brazos,…sí, siempre fuiste
un dolor de cabeza y un pesado,
gracias por esta enorme traición última al último y más grande
de todos los sueños humanos"

 

sábado, 30 de noviembre de 2013

Textos de Ulises Carrión (México)



El Arte Nuevo de Hacer Libros
(Escrito hace 40 años)


El lenguaje escrito es una secuencia de signos
desplegados en el espacio, cuya lectura transcurre
en el tiempo.
El libro es una secuencia espacio-temporlal.

......................................................................................


El libro existió originalmente como recipiente de
un texto (literario).
Pero el libro, considerado como una realidad
autónoma, puede contener cualquier lenguaje (escrito),
no sólo el literario, e incluso cualquier otro sistema de
signos.

.........................................................................................

 
De entre los lenguajes, el literario (prosa y poesía)
no es el que mejor se acopla a la naturaleza del libro.

..........................................................................................

En el lenguaje hablad y escrito los pronombres sustituyen
a los nombres, evitando repeticiones cansadas y superfluas.
En el libro, compuesto de elementos, de signos, como el
lenguaje, ¿qué cosa hace el papel de los pronombres, evitando
repeticiones cansadas y superfluas?
Este es un problema del arte nuevo, que el viejo no sospechaba
siquiera.
.......................................................................................................
 

Una novela, de un escritor genial ó de un autor infame, es un
 libro donde no pasa nada.
..........................................................................................................
 
A diferencia de las novelas, donde no pasa nada, en los libros
de poesía pasa a veces algo, aunque poquísimo.

...........................................................................................................


La poesía es canto, repiten los poetas. Pero no la cantan. La
escriben.
La poesía es para decir en voz alta. Pero no la dicen en voz
alta. La escriben.
El hecho es que la poesía, tal y como se da "naturalmente" en
nuestra realidad, es poesía escrita e impresa, no cantada y dicha.
Y con esto la poesía no ha perdido nada.
Ha ganado, eso sí, una realidad especial de la que carecían las
tan añoradas poesías cantada y dicha.

***

lunes, 25 de noviembre de 2013

Augusto Monterroso (México, 1921 - 2003)


Decálogo del escritor
 

Augusto Monterroso
Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.

Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".

Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.

Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.

Sexto.
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.

Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.

Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.

Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

Décimo.
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.

Undécimo.
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.

El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.


sábado, 23 de noviembre de 2013

Poemas escogidos por Vicente Narioh


La mosca              (Hugo Padeletti)



“La vida, Monseñor, es lo que a uno
se le escapa
mientras piensa en algo superior.”

                                              A la mosca
no se le escapa.


En cada instante de su resuelta atención
hay la misma entereza
de decisión:
                   El mundo ha sido hecho
para las moscas.


La araña tiene que tejer,
la hormiga que acarrear y almacenar.

                                                       La mosca,
que confiar en sí misma.

Presente encarnación de su capricho,
vuela,
          vaga,
                   mira,
                            halla.


Cuando algún palmetazo no la aplasta,
vuelve y nos vuelve la espalda.
No se deja persuadir ni asustar
ni por lo tanto gobernar.
                                                  Es libre,
pero no de ser mosca.


jueves, 17 de octubre de 2013

Textos escogidos por V. Narioh: E.M.Cioran



Mas vale ser abyecto sin esfuerzo que “noble” por imitación ó
persuasión. Siendo preferible un vicio innato a una virtud
adquirida, se siente uno necesariamente incómodo ante aquellos
que no se aceptan, ante el monje, el profeta, el filántropo, el
avaro que se somete al gasto, el ambicioso a la resignación, el
arrogante a la prevención, ante todos los que se vigilan, sin
exceptuar al sensato, el hombre que se controla y se constriñe,
aquel que no es nunca él mismo.
La virtud adquirida forma un cuerpo extraño, no la amamos ni
en nosotros ni en los demás: es una victoria sobre uno mismo
que nos persigue, un éxito que nos agobia y nos hace sufrir aún
cuando nos sintamos orgullosos de él.
Que cada quien se contente con lo que es: ¿No es acaso tener
predilección por la tortura y la desgracia querer ser mejor a
toda costa?

E.M. Cioran

viernes, 11 de octubre de 2013

Poemas escogidos por V.N.


Luz y oscuridad

Llego, entro, prendo la luz de la cocina
y sorprendo a las hormigas coloradas
puliendo los platos y cargando
todos los restos de comida.
No me molestan, pero mentalmente
las advierto sobre la superpoblación:
hasta ahora, el ecosistema se mantiene.
Sin embargo, si consigo trabajo
comeré más, vendrán amigos y mujeres,
habrá más restos, ustedes crecerán
y tendré que echar insecticida.
Sólo esta pobreza puede mantenernos
delicadamente unidos.

Daniel Durand

domingo, 6 de octubre de 2013

Poemas escogidos por V.N.: Ariel Delgado


El orden emocional


A mí me gusta trabajar
en una empresa mayorista,
estar nueve horas diarias ocupado,
encerrado en un galpón
sin ver el cielo,
desconocer el movimiento
dormido de las nubes.
Me hace muy feliz
acomodar 600 cuadernos
de 24 hojas en un anaquel
de 2 metros por 80 centímetros,
establecer el orden de las cosas.
Acá yo soy el que acomoda todo:
tengo el poder de ponerle
un destino a los objetos,
en vez de estar minutos y días
frente al escritorio
mirando cómo un espiral se extingue
con su luz hacia el centro.

Ariel Delgado (1985-2011), 30.30 poesía argentina del siglo XXI, Editorial Municipal de Rosario, Rosario, 2013.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Diálogos de Robert O. Jara


-Padre,  ¿Qué es la necesidad?
-La necesidad, hijo, es aquello que no
 puede no ser.
-Ah... ¿Y qué es ser?
-No se sabe.., pero no es necesario saberlo
 para poder ser:  alcanza con saber
 necesitar.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Textos escogidos: Antonio Di Benedetto


(De "El Silenciero")
El martirio de un poeta

Un poeta vive entre la casa de un herrero y la de un calderero.
Martirizado por los ruidos, les da dinero a los dos para que se muden.
Ellos aceptan y cumplen: el calderero se muda a la casa del herrero 
y el herrero se instala en la casa del calderero.


lunes, 9 de septiembre de 2013

Fransicso Urondo (Santa Fé, 1930 - Mendoza, 1976)


Parece mentira
que haya llegado a tener
la culpa de todo lo que ocurre
en el mundo; pero es así. Han tratado
de disuadirme psicólogos y sociólogos de mi tiempo,
me han dado razones de peso técnico largamente
formuladas y
parcialmente ciertas. Pero
yo sé que soy culpable de los dolores
que aquí siento y recorren el mundo; de las soledades
que lo van vaciando: quisiera saltar
como Juan L. Ortiz, vociferar
como Oliverio Girondo, pero: primero, ellos me ganaron
de mano; segundo, no me sale bien y aquí
empieza todo nuevamente: otro sufrimiento
igual a diapasones y recursos
que conozco perfectamente y que no vale la pena
repetir: primero, para no emularlos; segundo, porque tendré que ir
reconociendo que no he sabido
hacerme entender. Y esto es agudo como un ataque
que nos traga la lengua; pido entonces disculpas
por la mala impresión, por las exageraciones.

Francisco Urondo

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Poetas escogidos por V.N. : Jacobo Fijman

 

(Molino Rojo, 1926)


CANTO  DEL CISNE



          Demencia:
El camino más alto y más desierto.

         Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones.

          Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.

          Se erizan los cabellos del espanto.

          La mucha luz alaba su inocencia.

          El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.

          Cuerdas de los silencios más eternos.
Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

          ¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?

          Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.

           ¡Piedad!


martes, 27 de agosto de 2013

Rodolfo Enrique Fogwill (Buenos Aires, 1941 - 2010)


Llamado por los malos poetas  (2002)

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.
 
Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.
 
Que florezcan diez maos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.
 
(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).
 
Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.
 
A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.
 
Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.
 
No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.
 
Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.
 
Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.
 
Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.
 
Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)
 
Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).
 
Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)
 
Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.
 
En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.
 
En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.
 
¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?
 
No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.
 
Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.
 
Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.
 
Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.
 
Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.
 
Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.
 
¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre
nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas..!

 



sábado, 24 de agosto de 2013

Poemas escogidos por V. Narioh


Anosmia perfectísima   (Jacobo Fijman)

Ni la rosa doliente
calentará la sangre no doliente.
Ya no tendrás olor de la rosa doliente
del vespertino olor el más doliente
con matutino olor el más doliente.

En vano la belleza de la rosa doliente
figurará su sombra sin el olor doliente.
En vano la belleza se elevará doliente
buscando los amores de la pasión doliente.
En vano la dinámica belleza de la flor doliente
buscará ser olor o ser el nombre de la pasión doliente.
El corazón,
el corazón ha muerto para la luz doliente,
para la luz de la pasión doliente.

                    18 de julio de 1957

Jacobo Fijman (Uriff, Besarabia, 1898-Buenos Aires, 1970), Romance del vértigo perfecto, Editorial Descierto, Buenos Aires, 2012

 

jueves, 22 de agosto de 2013

Poemas escogidos por Vicente Narioh:


El nadador    (Héctor Viel Temperley)

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.
Soy el hombre que quiere ser aguada
para beber tus lluvias
con la piel de su pecho.
Soy el nadador, Señor, bota sin pierna bajo el cielo
para tus lluvias mansas,
para tus fuertes lluvias,
para todas tus aguas.
Las aguas como lonjas de una piel infinita,
las aguas libres y la de los lagos,
que no son más que cielos arrastrados
por tus caídos ángeles.

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.
Tuyo es mi cuerpo, que hasta en las más bajas
aguas de los arroyos
se sostiene vibrante,
como en medio del aire.
Mi cuerpo que se hunde
en transparentes ríos
y va soltando en ellos
su aliento, lentamente,
dándoselo a aspirar
a la corriente.

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada
hasta las lluvias
de su infancia,
que a las tardes crecían
entre sus piernas salpicadas
como alto y limpio pajonal que aislaba
las casonas
y desde sus paredes
celestes se ensanchaba.

Soy el nadador, Señor, el hombre que nada
por la memoria de las aguas
hasta donde su pecho
recuerda las pisadas,
como marcas de luz, de tus sandalias.

Y recuerda los días cuando el cielo
rodaba hasta los ríos como un viento
y hacía el agua tan azul que el hombre
entraba en ella y respiraba.
Soy el hombre que nada hasta los cielos
con sus largas miradas.

Soy el nadador, Señor, sólo el hombre que nada.
Gracias doy a tus aguas porque en ellas
mis brazos todavía
hacen ruido de alas.

sábado, 17 de agosto de 2013

Poemas de Remigio Remington


Ejercicio



Escribir sin pausa y sin sosiego
con ó sin causa
remedando el movimiento
cíclico del ciclista

Escribir no es necesario,
es más :    escribir es
(todo lo que es, es expresión,
todo lo que es, puede también
expresar más de lo que es)

Ser es emitir, se dijo a sí mismo
el hombre que habla solo (hablar
solo es una de las posibilidades que
ofrece el lenguaje hablado, tal vez
la más segura)

Escribir sin destino,
sin pensar en el futuro -ni en
el futuro del texto- ni en el lector
neutral, casual, eventual, ideal,
frugal, ni en el lector electo

El destino es un pretexto,
está escrito

No hay virtud sin dominio
ni susurro sin grito, escribe
el escribiente acérrimo en el margen
del poema aún no escrito


Escribir es una forma de ejercer
el pensamiento, -el pensamiento fluye,
es movimiento: hay movimientos
pensados y espontáneos, el ciclista no
piensa en el equilibrio que lo mantiene
móvil. El movimiento no piensa.
No pensar: dominio sin pensamiento
No pensar: despojarse de todo lo adquirido,
librarse de lo condicionado. El movimiento,
expresión pura, no necesita otro lenguaje-

Escribir es una forma de ejercer
la libertad -podría no escribir, pienso-
La libertad de pensamiento es otra cosa:
no se adquiere como el conocimiento ni
se obtiene como un producto -aunque como
toda libertad, tiene un precio-

Escribir es una forma de pensar:
pensar es ser: “Todo lo que somos es
el resultado de lo que hemos pensado”
dice Buda

Movimiento puro: No hay excedente, no hay
desperdicio, no hay conciencia de la necesidad,
de la tensión, de la energía erogada ni de la
disposición del cuerpo como parte de otro mecanismo.
No hay eje del pensamiento: no hay conciencia
de la necesidad de eje ni de nada que deba ser
ejecutado ó ejercitado -sin conciencia no hay
necesidad, pero la conciencia es lenguaje-

Movimiento puro: el equilibrio obtenido ya no será
negociado. La estabilidad se automatiza -ya no hay
necesidad de la conciencia- y ahora
podemos entregarnos al placer que fluye de este
movimiento sin pensamiento:

Una forma de libertad  (Los caminos de la libertad
están atestados de pensamientos como éste)

Escribir no es una acción que pueda prescindir
del pensamiento: 

Escribir no es reducir a palabras -reducir, es sólo
una función de la conciencia- , sólo los poetas
reducen, obran como verdaderos reducidores: hay
que tener cuidado con los falsos.

Escribir: un ejercicio de almas débiles.
Contexturas débiles se ocultan en el alma
y en el placer del texto.

La debilidad y el goce
demasiado se conocen

Los débiles tenemos aspiraciones débiles

Nos contentamos con expresar
nuestras debilidades con alguna eficacia, 
con mejor ó peor fortuna, 
y con un empeño digno de mejores causas.

Si ves a Buda no lo mates,
ni lo denuncies ni lo entregues
a las autoridades -siempre es mejor dudar
como principio, tanto de las autoridades
competentes como del principio de autoridad-

Pero si ves a Buda,
no le pidas ayuda ni le dirijas la palabra:

(Pero si ves a Buda, y te saluda,
duda)



sábado, 10 de agosto de 2013

Sinceridad poética


       (Por Tomás Mercante)



Si hay un alma sincera
esa es la mía, reza uno
de los versos desafortunados
de Darío.

La sinceridad nunca fue atributo
de hombres,  y aún menos
de poetas.

Sólo los dioses, según Nietzsche,
podrían mostrarse como son
-es decir: tendrían derecho a exhibir
esa perfecta desnudez-, pero no
parecen dispuestos a hacerlo.

En rigor, no nos consta la existencia
del alma ni de ninguna otra entidad
que trascienda el plano material ;

Si hay un alma sincera -algo aún más
difícil de verificar que la existencia
del alma- empezaría por no recurrir a
sujetos improbables y por evitar
estos artificios de dudosa condición.

No seamos necios, no sobrevaloremos
la sinceridad. Nadie ignora que una
sinceridad sin límite resultaría impracticable
en cualquier comunidad humana.

Para ser sincero, yo dudaría de aquellos que
necesitan dar muestras de sinceridad -así
como de quienes lo anuncian como aclaración
previa a la emisión de cualquier juicio, a modo
de confesión: “te soy sincero”-

Sincerémonos: Somos seres sociales, necesitamos
establecer distintas relaciones, sólo somos sujetos
en relación a otros; entablamos distintas relaciones
con distintos fines con distintos sujetos; tenemos
intereses comunes y particulares, individuales y
sociales, naturales y adquiridos.

Nos relacionamos según nuestros intereses:

Toda relación es interesada.

Lo único sincero es el interés.


II

¿Un sinceramiento?

El sujeto poético puede emitir juicios,
refutarlos, retomarlos y abandonarlos.
Puede confrontar consigo mismo
y puede perder...
Y hasta arribar a una verdad por el
absurdo, ó arribar a cualquier parte
sin necesidad de cobrar conciencia.

La verdad, nunca es objeto poético,
la única verdad reside en el poema
como objeto, una aspiración cerrada
-que sólo tiene por función agregar
una nueva tensión a la existencia
material en expansión constante-

La verdad: el poema es un objeto
inverosímil, que no provee ni busca
verdades.

Lo verdadero: la condición poética
lo permite casi todo -todo lo pensable
es también poetizable, parafraseando-

Lo único verdadero: sólo conocemos
una parte, la que nos es dado percibir
desde nuestro juicio subjetivo.

Los intentos de sinceridad poética
producen resultados desconcertantes,
objetos casi siempre soslayables
ó peor: texturas vacilantes donde el
autor, despojado de toda autoridad
comparte sus dudas y exhibe sus carencias
y debilidades más constitutivas encadenando
fórmulas interrogantes ó llegando hasta a
delegar en el lector la resolución de alguna línea
vacilante...

(Es conocido el caso de un poeta
que incluye en el poema sus datos personales,
su número de teléfono -no había aún telefonía
celular ni correos electrónicos- para que algún
lector se apiade y corrobore el ejercicio de su
sinceridad extrema)