Aproximación al gato (Por Abel A. Borda)
Los gatos son seres hechos para
almacenar caricias
almacenar caricias
S. Mallarme
Un
gato
es
más liviano que su cuerpo,
y más
leve, incluso, que la palabra gato.
El
gato no gatea ni regatea,
a gatas se desplaza por la casa
salta, repta, se agazapa ó se desliza,
no se agota, como la gota que gotea
a gatas se desplaza por la casa
salta, repta, se agazapa ó se desliza,
no se agota, como la gota que gotea
pasa
silencioso, de
una casa a otra
desconociendo la leyes de gravedad y
de propiedad horizontal.
de propiedad horizontal.
Algunos
pueblos lo veneran
atribuyéndole
carácter divino.
Otros,
lo incluyen en su dieta.
Un
gato es mucho más que una mascota,
él
no lo ignora: lo demuestra, exhibiendo
su
arrogancia.
El
gato: su condición natural es el sigilo.
No
responde a la ley de castigo y recompensa
(como
tampoco a otras leyes).
No
sabemos si acepta el nombre
que
le damos: no responde;
está
y no está, se acerca cuando él quiere,
si
es necesario emite algún sonido -un gato
cuenta
con múltiples formas de expresión,
conocemos
algunas-
El
gato nunca pierde su prestancia, su altivez,
ni
aún ante el peligro ó la mala fortuna,
no
pierde jamás la dignidad,
-ni
aún el gato en situación de calle.
Un
gato no nos reconoce como amos, jefes
de
jauría, machos alfa, líderes de grupo
ó
autoridad de aplicación.
Aspirar
a algún reconocimiento de este tipo
será
inútil. Todo lo que podemos esperar es
que nos considere su familia.
que nos considere su familia.
El
gato sabe estar, sabe no estar
sabe
ausentarse: no sabemos dónde va,
cuando no está
(ahora,
por ejemplo, acaba de
no
estar)
Si
su ausencia se prolonga demasiado
crea
inquietud, desasosiego: cobramos conciencia
de
la falta de esa pequeña presencia necesaria:
Es para preocuparse -pero tampoco demasiado:
es un gato-
Es para preocuparse -pero tampoco demasiado:
es un gato-
Los
que saben, desaconsejan el apego
excesivo
a estas criaturas -así como también
el
excesivo apego-
A
un gato se lo puede acariciar, amar, alimentar,
besar, y hasta hacerle confesiones: sabe guardar
secretos
como nadie.
Es
una buena compañía para quien está solo
-e
incluso para quien no sabe que está solo-
Un
gato suele escabullirse con facilidad; es muy
común
que aparezca en casa del vecino. Por eso,
antes
de adquirir ningún gato conviene procurarse
buenos
vecinos, capaces de aceptar estas sigilosas
invasiones
(aunque la mejor decisión, en cualquier caso
es
no tener vecinos)
Cada
gato es único e irrepetible,
como
su ronroneo: ninguno es igual a otro.
La
forma en que lo emite, es uno de los misterios
del
gato, única criatura conocida que ronronea.
Un
gato es de suma utilidad: no sólo nos libra
de
roedores y otras presencias indeseables; también
se
le atribuyen propiedades curativas -”Cuando entra
un
gato a una casa, entra la salud”, dicen-
Si
se sufre un estado de inquietud, desasosiego,
ansiedad
ó excesiva tensión nerviosa,
abrazar
un gato alivia los síntomas y calma la
ansiedad
-absorbe nuestra carga negativa,
sostienen
quienes saben- siempre que el gato
no
se encuetre inquieto, desasosegado ó ansioso -y siempre
y
cuando acepte nuestro abrazo-
El
gato, a diferencia de otras mascotas, no sabe obedecer
ni
nos sigue a todas partes, ni nos lame ni festeja
con
el movimiento de su cola (por el contrario, si ésta
oscila
es señal de inquietud u hostilidad)
Es
inútil darle órdenes, como intentar educarlo:
No
cumple, ni obedece, ni agradece.
No
es que se emperre, ó que no quiera saber nada;
es
así: sólo obedece a su condición de gato.
Los
que saben lo aceptan como es
(el
gato es la criatura que más sueña)
está
y no está, pero siempre es parte
de
la casa.
Algunos
no quieren saber nada con los gatos.
Algunos
no quieren saber nada con los animales.
Algunos
no quieren saber nada con la naturaleza.
Hay
quienes no quieren saber nada...
Está
bien: saber es un derecho, como querer ó no
querer
saber, es sabido.
Pero
sabemos que quienes saben y conocen,
los
iniciados en el conocimiento verdadero,
no
suelen tener un gato: prefieren, cuando menos
que
sean dos.
Abel A. Borda
Abel A. Borda