ÉL
él,
que 'sale' del lenguaje
con su lenguaje propio,
que no es por cierto el suyo
ya que es él quien le pertenece
a ese lenguaje que ha surgido
que lo ha 'elegido' para decirse
y no es utilizable para ningún otro:
es justamente
irreversiblemente injustamente
ajeno a la pertenencia
y no se inscribe en las páginas del tiempo
ni en el tiempo propio
ni en el de los otros
ola que se hincha
pasando
sin puntos de orientación
un tiempo silvestre
que se torna salvaje
mientras que él ataca una vez más la raíz
necesita arrancar la raíz de ese lenguaje
que lo habla
que lo dice
que lo desnuda y vacía de cualquier existencia
posible
esa es la deriva
que lo traslada
a través del mundo
atravesado
él, que se precede
y discontinúa
él, que denuncia a la existencia
como farsa
que no logra ponerse
la ropa de una existencia
que no logra despojarse
de sí mismo
como necesitaría o quisiera
para matar a martillazos
el sufrimiento
intolerable
del ser
(Fuente: Idiomas Olvidados)
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