«Los tres cipreses»
Transparente, cristalina y frágil,
como el ligero sueño de los leñadores,
serena, propicia, presagiando el porvenir,
la llovizna de la mañana no oculta
a estos tres cipreses en la ladera.
Sus particulares detalles contradicen su semejanza
y su resplandor lo confirma.
Dije:
no me atrevería a seguir buscándolos
hay una belleza que nos quita la osadía
hay tiempos en los que el valor se desvanece.
Las nubes rodando con rapidez en lo alto
cambian la forma de los cipreses.
Los pájaros que vuelan hacia cielos alternos
cambian la resonancia de los cipreses.
La línea de mosaicos tras de ellos
fija el verdor de los cipreses
y hay tres árboles cuyo único fruto es todo lo verde.
Ayer, en mi repentina alegría,
vi su inmortalidad.
Hoy, en mi repentino dolor,
es que vi el hacha.
(Fuente: Descontexto)
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