Lo que una niña pensaba
Lo que una niña pensaba, era:
¿Por qué los hombros de las esposas de otros hombres
despiden un fuerte olor como de magnolias,
o como de gardenias?
¿Qué es
ese tenue velo de niebla
sobre los hombros de las esposas de otros hombres?
Quería tener uno,
esa cosa maravillosa
que ni siquiera las vírgenes más piadosas pueden tener.
La niña creció.
Se convirtió en esposa y después en madre.
Un día, de pronto se dio cuenta;
la ternura
que se deposita sobre los hombros de las esposas
sólo es cansancio
por amar a otros día tras día.
¿Por qué los hombros de las esposas de otros hombres
despiden un fuerte olor como de magnolias,
o como de gardenias?
¿Qué es
ese tenue velo de niebla
sobre los hombros de las esposas de otros hombres?
Quería tener uno,
esa cosa maravillosa
que ni siquiera las vírgenes más piadosas pueden tener.
La niña creció.
Se convirtió en esposa y después en madre.
Un día, de pronto se dio cuenta;
la ternura
que se deposita sobre los hombros de las esposas
sólo es cansancio
por amar a otros día tras día.
En Women Poets of Japan, New Directions, Nueva York, 1982
Traducción al inglés de Kenneth Rexroth e Ikuko Atsumi
Traducción al castellano, Jonio González
Envío de Jonio González
Foto: Ibaragi Noriko, c.1950 (detalle) Tanikawa Shuntarō/The Asia-Pacific Journal
WHAT A LITTLE GIRL HAD ON HER MIND
What a little girl had on her mind was:
Why do the shoulders of other men’s wives
give off so strong a smell like magnolia;
or like gardenias?
What is it,
that faint veil of mist,
over the shoulders of other men’s wives?
She wanted to have one,
that wonderful thing
even the prettiest virgin cannot have.
The little girl grew up.
She became a wife and then a mother.
One day she suddenly realized;
the tenderness
that gathers over the shoulders of wives,
is only fatigue
from loving others day after day.
Fuente: Campo de maniobras)
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