No tenés nada más que palabras
y decir esto
entre el tener y no tener
es casi decir lo mismo.
Trabajás con nada.
Escribís sobre el vacío.
Frente a la rugosa realidad
tus herramientas se deshacen.
Asomado a una noche extraña
arrasada por los vientos
poblada de estrellas furiosas
que una vez dictaron a otros hombres
los nombres de fuego de Arturo
la Osa y el Centauro:
tu lengua sin cielo
tiembla y se retuerce.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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