“Abriremos nuestros pulmones a un aire sin veneno”
Frente a cualquier frontera,
frente a cualquier comedia o pantomima
la belleza y los ojos lúcidos.
Los hombres de la mentira cambian como los días.
Frente a eso, las pinceladas-cuchillo amasadas en carne viva,
entonces la llaga sobre la piel desnuda
hasta que nazca un Nuevo Tiempo
relampagueando entre dos o más nubes,
cantarlo desde nuestras gargantas:
¡no más coágulos, que la sangre fluya!
Sólo nuestros sueños como tormenta galopando.
El Sol se desbarata cogiendo con tus ojos.
El crimen es breve en el umbral del tiempo
y en los pliegues de primavera
la línea resinosa de la vida guarda sus secretos.
Inmensas coincidencias,
codicia de frutos resquebrajados,
rescate de la eterna agitación –hervidero de sangre– luz que nos une
y el amor seguido de soles hechiceros mordiendo el camino que se deja.
Tomo de los latidos de tu corazón el grito de los ángeles.
Para empezar el día te regalo mi canto,
mis caderas constructoras,
el aullido de mis verdades de acero.
La vida la vida la vida ¿quién dijo?
en Hora Zero: los broches mayores del sonido (Antología), 2009
Edición a cargo de Tulio Mora
Foto de Rayco Severiano
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