miércoles, 4 de septiembre de 2024

Thalía Compán Santiago (Granada, España, 2001)

 

Medios de deshumanización


 

THALÍA COMPÁN SANTIAGO, nacida en Órgiva (La Alpujarra, Granada) en 2001, se graduó en Filología Hispánica por la Universidad de Granada en 2023. Actualmente, cursa el Doble Máster en Estudios Latinoamericanos: Cultura y Gestión y en Formación del Profesorado de Secundaria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas en la especialidad de Lengua y Literatura en la Universidad de Granada. Durante su infancia y adolescencia, ganó algunos premios literarios y, recientemente, participó en la XXVI edición del encuentro poético Voces del Extremo en Moguer, evento fundado por el poeta onubense Antonio Orihuela y que se celebra desde 1999. Publicó el poema “Medios de deshumanización” en la antología Poesía & resonancia. Voces del extremo. Antología 2024 (La Tortuga Búlgara, 2024). Actualmente, está trabajando simultáneamente en dos libros de poemas. La razón de existir de sus versos es la «realidad doliente» (por utilizar la maravillosa expresión de Remedios Sánchez para referirse a la poesía de Mariluz Escribano) de la que forma parte como ciudadana del mundo. Una realidad que, en la actualidad, está atravesada por el genocidio, el ecocidio, el patriarcado, el capitalismo, el especismo y la deshumanización. Sus versos no buscan cobijarse en la idea romántica de la torre de marfil, sino que más bien navegan a contracorriente, si es que la poesía puede servir, mínimamente, en la construcción de las arcas que tendrán la suerte de ser el salvamento de las generaciones humanas y no-humanas futuras en lo que Jorge Riechmann ha llamado el «Siglo del Gran Naufragio» en el ensayo colectivo Ecosocialismo descalzo (2018).

 

 

 

I

BILLETE SIN DEVOLUCIÓN

 

Ya lo decía Antonio Orihuela en su poema «Capitaloceno»: «Nosotros somos los únicos amenazados / por el animal más peligroso que habita la tierra… / Estamos amenazados de capitalismo / por nosotros mismos».

 

Tierra de cientos de poetas

―o dicen serlo―,

unos proceden del barullo de la ciudad,

otros nunca se fueron de ella,

 

reunidos en su comunidad,

todos presumen de ensalzar las cualidades de su tierra,

pero solo unos pocos conocen y recitan de memoria

los nombres de las plantas, los pájaros, los manantiales y las sierras.

 

Pisan fuerte para intentar dejar huella,

pero en el intento errático

se les olvida que defenderla también es aceptar

que la piedra, la cal, la pizarra, el castaño y el nogal

han sido sustituidos por el plástico, la pintura y el mural,

 

que, con su silencio y sus aplausos,

nuestros pueblos se convierten en parques temáticos,

que las entradas son baratas a precio del mercado,

dejando un futuro hipotecado

que las futuras generaciones no sabrán cómo pagar,

 

por haber construido un pueblo encantado

que ya ha perdido la magia y el encanto

que los niños no conocerán.

 

 

 

II

EN NOMBRE DE NUESTRO HOGAR

 

A los 15 de la remolacha

Domingo, 30 de junio de 2024. Valsaín.

El 6 de abril de 2022 una quincena de activistas arrojó al Congreso de los Diputados agua teñida de remolacha, simulando el color de la sangre, bajo el lema “ALERTA ROJA, ESCUCHAD A LA CIENCIA”, con el objetivo de denunciar «la falta de acción frente al caos climático en el que estamos inmersos». Esta acción de protesta no violenta ha sido declarada por el Ministerio Público como un delito contra el patrimonio histórico. «Mienten, pero eso no es delito. El delito es advertir de una alerta roja y pedir que se escuche a la ciencia»[1].

 

Unas palabras, irritablemente molestas,

irrumpen en medio de la música,

escucho atentamente, me asomo por la ventana,

y, como si se tratara de una buena noticia,

anuncian la subida de temperaturas

que tendrá lugar la próxima semana,

 

la Dana tan solo será un mal recuerdo

de un mal comienzo de verano,

celebra la explosión de sabores que, como cada año,

tiene lugar en nuestras papilas gustativas,

¡Habrá meriendas heladas para todos!

¡No te quedes sin la tuya!

 

Y, mientras, voy perdiendo la esperanza.

 

Miro nuevamente hacia el horizonte,

contemplo horrorizada el amanecer desde Despeñaperros,

regresa la ladrona que desvía mi atención,

esta vez con una voz femenina

que advierte que la Comunidad de Madrid

denuncia las pintadas vandálicas,

en nombre de nuestro hogar,

que es el de todos

y el que hay que cuidar.

 

 

 

Al principio pensábamos

que la abundancia sería eterna,

luego llegó la negra conciencia,

la certeza de que ya hemos alcanzado

los límites biofísicos del planeta.

 

Sin embargo, toda evidencia científica,

es,

fue

y seguirá siendo,

inexplicablemente,

insuficiente.

 

 

III

MEDIOS DE DESHUMANIZACIÓN[2]

 

Sobre su cabeza lleva

el influencer, el presentador, el periodista y el poeta

(estadounidense, español, húngaro y anglosajón)

una aureola occidental.

En cualquier medio de comunicación,

a cualquier hora del día,

en directo:

la deshumanización:

 

“Se parecen tanto a nosotros,

CON TODO RESPETO,

este no es un lugar como Irak o Afganistán,

estas no son poblaciones

empobrecidas, remotas y lejanas,

estas VÍCTIMAS no son

de clase obrera, negras, musulmanas,

estas VÍCTIMAS no son

refugiados tratando de escapar de Oriente Próximo,

estas VÍCTIMAS no son

posibles terroristas, no tienen un pasado poco claro,

estas VÍCTIMAS no son

inmigrantes que intentan huir de Siria, Yemen o Palestina”.

 

“Se parecen tanto a nosotros,

CON TODO RESPETO,

Ucrania es casi un país europeo,

Kiev, Járkov, Dnipro, Zaporiyia, Odesa, Zhitomir y Leópolis

son ciudades relativamente civilizadas,

estas PERSONAS son

blancas, prósperas, de clase media, rubias, de ojos azules, cristianas,

estas PERSONAS visten

bien, ven Netflix, tienen cuentas en Instagram,

estas PERSONAS votan

en elecciones libres democráticas,

estas PERSONAS son

europeas, inteligentes y educadas,

estas PERSONAS son

refugiados de la vecina Ucrania,

estas PERSONAS leen

los diarios sin censura”.

 

“TENGO QUE ELEGIR MIS PALABRAS CON CUIDADO,

PERO la guerra ya es algo

que le puede pasar a cualquiera,

ya no es exclusiva de una realidad

empobrecida, remota y lejana,

la guerra afecta incluso a familias casi europeas

que sienten la necesidad de huir al país vecino,

por eso mismo NOS SORPRENDE

no, no acostumbramos a RECIBIR

refugiados europeos, blancos, cristianos,

más bien acostumbramos a RESTRINGIR

la entrada a inmigrantes negros, musulmanes,

sí, por supuesto, demos una cálida BIENVENIDA

a los civilizados, a los prósperos, a los educados,

a las VÍCTIMAS, a las PERSONAS”.

 

Y, mientras,

la intolerancia, el racismo y la hegemonía occidental

recorren en línea recta el mar Atlántico,

desde la Estatua de la Libertad

hasta las huellas del Muro de Berlín,

legitiman y normalizan las tragedias de Oriente Próximo,

atraviesan y descuartizan el desierto sirio,

las aguas del mar Rojo, Arábigo, Negro, Caspio y del Golfo Pérsico,

masas de agua como cuerpos vacíos e inertes,

cadáveres que quedan a la intemperie,

no tienen cabida en el gran mar Mediterráneo,

ni una sola gota,

demasiados litros por cada metro cuadrado occidental.

 

“No, de ninguna manera,

GARANTICEMOS LA SEGURIDAD DE NUESTROS PAÍSES,

CONSTRUYAMOS MUROS EN LAS FRONTERAS,

CERREMOS LA ENTRADA

a los negros y a los musulmanes,

Porque son ¿MENOS VÍCTIMAS?, ¿MENOS PERSONAS?

 

Por una vez, poeta,

deja caer tu aureola,

que la guerra no siempre estuvo impregnada de frío,

que de guerras están hechos todos los cimientos,

escribe también al calor del árido desierto,

a los más de trescientos mil civiles sirios muertos

(según las estadísticas de la ONU),

alza tu mirada,

mira más allá del mar Atlántico

y entona un canto por todos los que nos han dejado.

 

Un niño nunca debió

quedar a manos del destino,

solo debería conocer el cariño

que solo encuentra en los brazos de una madre,

 

acompáñalos tú en la atrocidad y en el estruendo,

en el terror de una noche sangrienta,

en la más violenta de las despedidas,

y en la inmensidad de una calle polvorienta,

 

a todos los que nos dejan hoy,

en este preciso momento,

sepultados bajo tierra,

expulsando su último aliento.

 

 

 

 

 

 

 

[1] «Apoyos a los 15 encausados de Rebelión Científica por la acción ante el Congreso», 15-15-15. Revista para una nueva civilización (23 de diciembre de 2024). Recuperado de https://www.15-15-15.org/webzine/2023/12/23/apoyos-a-los-15-encausados-de-rebelion-cientifica-por-la-accion-ante-el-congreso/

[2] Este poema fue incluido en la antología Poesía & resonancia. Voces del Extremo. Antología 2024 (La Tortuga Búlgara, 2024) con motivo de la XXVI edición

 

(Fuente: Santa Rabia Poetry)

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