domingo, 22 de septiembre de 2024

Miguel Ojos (Miguel Muñoz, Madrid, España)

 

FABULILLA DEL GENIO VENGATIVO
 
 

Después de mucha pugna y mucha trampa,
pisotones, sobornos y crímenes impunes,
consiguió apoderarse, el codicioso,
del botellón con zumo de oro puro
donde habitaba el genio que todo lo concede.
 
Mas no colmó su gozo, esa conquista.
Le pareció que el genio
no era más que un gandul intermediario
y decidió beberse la botella,
glub, glub, casi se le atraganta
el sutil cuerpecillo del mágico inquilino
sumergido en el líquido dorado,
pero, glub, glub, tragó y lo tuvo dentro.
 
El codicioso estaba convencido
de que llevar al genio en su caudal sanguíneo
lo transmutaba en genio de sí mismo,
pero así no funcionan estas magias arcaicas.
 
Con la vejiga llena
deseó y deseó fervientemente,
pero no obtuvo nada,
más bien le acometieron
efectos secundarios imprevistos:
orinaba continuos deseos amarillos
que daban en el mar del desencanto.
 
Para colmo,
ahora le han encontrado
una piedra de oro en el riñón.
Mañana se la extraen y se la entregan.
Será la calderilla diminuta
del tesoro infinito que soñaba,
después de tanta pugna y tanta trampa,
pisotones, sobornos y crímenes impunes.
 
Una piedra de oro
y un genio vengativo dentro de ella
que le va a conceder, sin duda alguna,
todo cuanto aborrezca.
 
Puede ser un dibujo
 
 
 
 
 
Ilustración Freepik

 

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