PAISAJE OTOÑAL DE MUSASHINO
El cielo se congela veloz
cuando el tren atraviesa el límite de Mitaka.
En las rutas del viento
Las luces de sus ventanas
arden como las ramas de un ciruelo.
Los gatos en celo maúllan,
ascienden, sisean y emiten fuegos fatuos.
El ir y venir de los transeúntes en el paseo
es una celebración de este pequeño planeta.
La redondez del grillo
es también la del jengibre.
Sonríe una dama madura en la cuenca del Koi.
Esta es la ley de la noche:
avanzamos improvisando
hasta que nos excita
el olor a piedra que esconde su seno,
entonces el reloj corre y se convierte en llama.
Soy un fruto seco visto
desde el observatorio astronómico,
ruedo por la cuenca hacia el crepúsculo
y agarro el corazón de la llanura de Musashino.
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(en “Memoria y presente. Antología 1956-2008”, Ediciones Vitruvio, Madrid, 2012. Trad. del japonés de Yurihito Utsuki y Raúl Morales García. En la imagen, Makoto Ooka (大岡 信, Mishima, Japón, 1931-2017 / PEN online).
(Fuente: Jonio González)
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