MAGENTA
rostro: en mi nariz
dibuja su nariz y en sus ojos cerrados pone mis ojos. En mi
cara suda, su sangre corre
por ella desde el pelo.
Así empapado estoy con Él, esperando su Resurrección.
Me duele su nariz, su cabeza, su barba, sus labios.
Soy más que un trapo suave, lleno de sueño, blanco de
nacimiento; y soy más que una
máscara sobre nariz partida, barba arrancada.
Soy un hombre sobre otro, una boca sobre otra, un beso para
Dios pero en la tierra,
donde nadie ve al hombre.
Soy antes y después, en Él, magenta; de sus labios es
imposible despegar los míos.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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