HOJAS
HOJAS
Cuántos se fueron...
Ni siquiera
el aire.
Ni siquiera
el rasguño del rencor o el mordisco
de la presencia.
Todos
se fueron sin
dejar rastro.
Como
no deja rastro el viento
en el mármol por donde pasa.
Como
no deja huella la sombra
en el concreto.
Todos
desaparecidos en el polverío
confuso de los ojos.
Un murmullo
de voces afónicas, casi
de hojas respirando
detrás de los cristales.
Hojas
que sólo el corazón ve
y que la mente no cree.
.....
Tradujo Roberto Bernal
(Fuente: Daniel Freidemberg)
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