CANTAR DEL ALMA QUE SE HUELGA DE CONOCER A DIOS POR FE
Aquella eterna fonte está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida, [2]
aunque es de noche.
Su origen no lo sé, pues no le tiene, [3]
mas sé que todo origen della viene,
aunque es de noche.
Sé que no puede ser cosa tan bella, [4]
y que cielos y tierra beben della,
aunque es de noche.
Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla, [5]
aunque es de noche.
Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida, [6]
aunque es de noche.
Sé ser tan caudalosos sus corrientes, [7]
que infiernos, cielos riegan y las gentes, [8]
aunque es de noche.
El corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente,
aunque es de noche.
El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche. [*]
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a escuras,
porque es de noche.
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
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[1] Que tiene un valor ilativo, propio de la poesía popular, por lo que carece de acento. La forma fonte —sin diptongación— puede transparentar influjos dialectales, connotaciones arcaizantes, rimas internas y reminiscencias de la lírica popular, como el romance de Fontefrida.
[2] manida: ‘escondrijo, madriguera’, del lat. MANERE, pero también, por etimología popular, ‘lugar donde mana’, ‘manantial’, del lat. MANARE.
[3] no le tiene: el leísmo era habitual en los escritores castellanos de la época.
[4] ser: ‘existir’; cosa: ‘nada’; tan podía funcionar sin correlación en el Siglo de Oro, como se comprueba igualmente en el v. 22.
[5] vadealla: ‘vadearla’.
[6] es venida: empleo del verbo ser con verbos de movimiento, habitual en la Edad Media, que estaba muy decaído en la segunda mitad el XVI.
[7] Sé ser tan caudalosos sus corrientes: ‘sé que sus corrientes son tan caudalosas’. Construcción latinizante de infinitivo, a la manera de las oraciones concertadas. Corrientes podía tener género masculino en la época.
[8] Hipérbaton por intercalación del verbo, que debería ir antepuesto al primer complemento, infiernos.
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(Fuente: Cecilia Pontorno)
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