ESA CAPA QUE RECUBRE NUESTROS NERVIOS
¿Son las redes anímicas construidas por el
fracaso? ¿Habríamos podido ver
esas brasas que se iban apagando si
no nos hubiera inmovilizado?
Vuelvo siempre al mismo bar.
Ahí está la pandilla de cocainómanos elegantes.
Ahí fue donde vi con claridad los destellos
de tus lindos ojos burgueses. Lentas modulaciones
de la futura tragedia de la que (salvo nosotros)
nadie se enteraría.
“Si yo digo que el campamento enemigo
está del otro lado de la montaña, ahí está”.
El teniente puso las cosas en su lugar.
La capacidad acústica de un perro
(se sabe) puede volverlo loco.
Estamos intentando separar
el empalme del cable rojo con el verde.
Las cosas (en el momento menos pensado)
siempre pueden explotar. Todo depende
de nuestro pulso. Que a su vez depende de
esa capa que recubre nuestros nervios.
**********
Uno del libro inédito TE COMPRÉ UN CORPIÑO ROJO (2022) que jamás será publicado. Soy un tipo carísimo. El adelanto debería ser inusitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario