YO QUIERO UNA MÁQUINA
Una máquina para ti, una máquina para mí.
Una máquina zumbadora y alegre,
grande y dócil como un elefante,
que produzca pan, rosas y olvido,
guardapolvos blancos,
mariposas,
y una dulce lluvia para cuando estemos tristes.
Yo quiero, además, tres palmos de tierra para cada uno de nosotros.
Tres palmos de tierra donde poder sembrar una sola
semilla de trigo,
una sola violeta,
una sola golondrina,
o donde poder enterrar a nuestro perro cuando se muera.
Yo quiero para cada uno de nosotros
un salvoconducto para andar por el mundo,
para andar por la primavera y los melancólicos bodegones,
sin que se nos mire la suela de los zapatos,
el pulgar de la mano derecha,
o el interior de nuestro corazón.
Y yo quiero, especialmente para mí,
un carro con cuatro caballos de viento,
un esqueleto de nubes y rocío,
una muchacha sonriendo - para siempre en el recuerdo -
y una paloma de papel de seda.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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