Tristeza en el cielo
En el cielo también hay una hora melancólica. Hora difícil, en que la duda penetra las almas. ¿Por qué hice el mundo? se pregunta Dios y se responde: No sé. Los ángeles lo miran con reprobación, y caen plumas. Todas las hipótesis: la gracia, la eternidad, el amor caen, son plumas. Otra pluma y el cielo se deshace. Tan manso, ningún fragor denuncia el momento entre todo y nada, o sea, la tristeza de Dios.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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