sábado, 21 de septiembre de 2024

Robert Rivas (EEUU)

 

 

EL PATINADOR SOLITARIO 

 

  Ahí va

  ahí vuelve

  el patinador solitario


  No, no hay hielo (lo había y en abundancia;

  incluso grandes lagos congelados).

  Estas son calles asfaltadas

  en un barrio

  cuyas calles, por pura casualidad están asfaltadas

  con el agregado, y ya entrando en los vagos dominios

  de la predestinación

  de que esas calles son cortadas

  porque van a parar a donde pasa el ferrocarril

  y justamente ahí, no hay barreras

  Ya hay poco tráfico de por sí

  y en esas calles mucho menos aún

  lo cual produce una sutil impresión de libertad


  El sonido (rolido-que-raspa)

  de las ruedas metálicas

  sobre la cubierta asfáltica,

  especialmente al apoyar el patín que va a hacer fuerza

  mientras las piernas reman

  y el deslizamiento, el equilibrio ya naturalizado,

  el movimiento de los brazos

  una danza involuntaria, lindante con la inconsciencia,

  "avanzar, avanzar",

  giro entero, doble giro

  la inclinación del torso

  hace que los brazos parezcan más largos

  tal vez incluso más largos 

  que las piernas


  Patinar se convierte en un acontecimiento único

  en la vida

  una suerte de formación paralela

  mientras circulan la sangre y las fantasías,

  los pensamientos y la brisa,

  el presente y las acechanzas


  Otra forma de marcha

  diferente a caminar, trotar, correr

  nadar, cabalgar, volar.

  Des-li-za-mien-to

  cuyo hábito le agrega un andarivel a la vida


  Así como las aletas negras en los pies

  (o su horrible apelativo "patas de rana")

  te hacen nadar a otra velocidad,

  tus pies que corren y corren

    -uno de los mayores placeres de la infancia, 

     ¡qué duda cabe!-

  y luego el agregado de los patines

  y de las aletas negras en los pies

  para ir más rápido, 

  para hacer más extenso el "uno mismo".


  Con los patines se ha tomado velocidad

  va hasta el fin de la calle, gira en redondo, vuelve,

  los pensamientos y las fantasías son de la misma sustancia,

  el solitario es imaginado por el movimiento acompasado,

  rítmico, asertivo.


  Una ligera sensación de que no se necesita a nadie

  y una interesante indiferencia

  ante la constatación de que nadie nos necesita.

 

(Fuente: Idiomas Olvidados)

 

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