jueves, 19 de septiembre de 2024

Orlando Valdez (Córdoba, 1961)

 

QUIEN DICE TENER UN GATO NUNCA TUVO UN GATO
 
 

en la intemperie
majestuosos
de la oscuridad
de metal
brotan
sus ojos
amarillosos
y él y todo él
y él y solo él
es
todo es
eróticamente sutil
inmaculadamente independiente
arrogante
estético
compañero del suelo
compañero
de los techos
completamente desconfiado
por donde pasa cuando pasa
con sus extravíos
con su indiferencia silenciosa
indescifrable
dueño absoluto
de su dueño
de su recelo
de su enigma
y nada ha cambiado y ha cambiado
y nada se ha movido y se ha movido
y nunca son sus pasos
lo que se oye
es el silencio
lo que no empieza
lo que no ocurre
lo que debería
lo que no está no de repente y había y estaba
entonces
te deja solo
tan solo
tan desnudo
sin nada
ni nada más que hacer
¿qué hacer?
solo esperarle
volver a la espera
entre los papeles
otra vez
desparramados
husmear de nuevo
ir hacia la nada
dormir
que aunque corra peligro de muerte
su última vida
no volverá
ni por nadie
ni por nada
ni por él
gato gato
gato y más gato
siempre gato
gato gato
sin parar gato
gato sin tiempo
con fanfarrias de rififi
rojo azul
ni blanco ni negro
que nada pide y nada da
y se va
o se acerca más
pata con pata
y con miradas
y con algo más algo perdido
porque es gato y el gato es gato
como todos los gatos extraño
misterioso y en él todo él
arrogantemente inmortal
cuando seduce y caza una luz
haciéndola gato
y en el gato se calienta
y el gato gato
ilumina la palabra gato
y se arquea y maúlla
la palabra apasionada
con su gato pronunciada
no para decir
cosas
un discurso
un diccionario
sino solo
por el cariño
de acercarse
a tu soledad
con su hermosura
de diablo
no con espíritus
no como dioses
en su maullido dulce
retumba su secreto
y se filtra
tibiamente
como un verso
no más
para que tiemble un corazón 
 
una vez solo una
todo todo un imperio
 
 
 
Orlando Valdez a
los míos

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