Ojos de víbora
Ya se gastó la fuerza que me hizo, no da más su imagen machucada de antigualla marrón recogida en la calle donde sorbía con tranquilidad su vida. ¿Y qué tiene que ver con todo esto la carne, que las palabras mueven hasta su propio su fin? Los gestos más sutiles vuelan como polleras alrededor de la respiración. Corremos cualquier riesgo para probar que somos eso que es imposible que seamos. Por ejemplo, ni siquiera estoy loco.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
No hay comentarios:
Publicar un comentario