viernes, 6 de septiembre de 2024

José Antonio Mazzotti (Lima, 22 marzo 1961–Boston, 5 septiembre 2024)

 

AMAZONAS
 


Padre poderoso que te esfumas en el horizonte
Santificado sea tu fondo franela donde las conchas
Se funden con las ramas cimbreantes y las ramas
Un sueño milenario aletean en el desvientre de luz
El sabor de la sábila y el oro esperma del paiche
La iguana marrana / el cóndor delfín / la anguila mona
Y el loto de alfombras que dibuja el chullachaqui
Cubres lagos desde tu loma lechosa desde tus
Sabanas sabrosas de savia soberbia de subidas
Y bajadas restallando en el alcázar de tu sombra
Padre sembrado de arena derretida flotando sideral
Enfermo repentino incrustado de termómetros
Tus ninfas pústulas de arsón y fungen pécora
Tus algas ostentan las puntas quebradas tus pirañas
Se muerden entre ellas danzando en la niebla sidérea
Padre que estás en las ovas con la audacia de quien
Invade la planicie mamífera con océanos barrosos
Acidándose de úrea y de sueños de lavandería
De blancuras por venir que no olfatean su caña de mayo
Y miras con misericordia lo que hemos hecho de ti
Un seguro sin techo un dios inmortal y solamente eres
El animal bóveda de los espíritus de todas las matas
Y todas las copaibas y las nectandras y los zancudos
Que beben de tu cuello carnoso el hidrógeno sangre
La taruca tapiresca / el tortugo perezoso / la boa lagartija
Y el tahuarí amarillo que los amaranta y charapea
Padre Yacuruna estarás con tu lagarto negro por los
Abismos de las cochas plateadas en la luna de tu madre
Corteza de tornillo cocinando la poción santificada que
Llevará tu grito ayaymama raspante por las quebradas
Sentado como el simpira auscultarás los movimientos
De los intrusos antorchas que suturan tus poros estarás
Atento a la hoja inerte alada de los rombos cristalinos de
La caoba inmaculada y la cumala imberbe y la manchinga
Acurrucada en el pino chuncho y el cachimbo con sangre
De grado investirás de honor como pantera esos cráneos
Removerás con tus garras la hojarasca acecharás
Esos monos desnudos extraviados de su sendero
Y esos monos vestidos que traerán la fiebre ceniza
Padre Sachamama te desgajas y abandonas tu piel
Que bordan las enanas cabezonas definitivamente
Ordenadas herederas del universo en ellas te deslizas
Silencioso por las hojas del cedro y te recoges
En el vientre de una roca raída al acecho escondiendo
Tus sables insaciables paladines de tu vientre infinito
Padre Yanapuma brujo perverso entre los más malignos
Tu silueta de jaguarnoche se confunde con los gallinazos
Para comer carne humana a cualquier costa la más dulce
De todas las delicias que la selva ofrece porque su aroma
De animal limpio es más agradable a las entrañas rojizas
Que asoman por tus ojos braseros por tu amargura de dios
Momentáneo de dios todopoderoso lo que un rayo azota
Padre Mapinguari perezoso gigante deambulas a veces
Tumbando los arbustos más altos desgarrando pieles
Cubiertas de esmeraldas bailas bajo las tormentas
Cazando cocodrilos en las bolainas y en las orquídeas
Saltando con los colibríes y los urcututos
Trompeando con los trepatroncos y las guacamayas
Tu monte de gigante es temido andante de los maqui
Sapas colas de mano arácnidos con tetas y cara
De gárgola asustada de los ocelotes gruñidos y lentos
De los relámpagos que paren tu sombra abiertos
De piernas ante tu portento de portaestandarte
Padre Chicua que revelas las infidelidades felices
Las de los animales que sólo caen ante la gravedad
Del amor sin condiciones ni futuro sólo presente
Puro insondable como tu bolsa de boa traga aldabas
En tus serenas curvas se solaza el universo erige
Su bastón de mando para besarte en cada abismo
En cada noche bajo los troncos guarecidos y la lluvia
Lamiendo con furia su entrada al Paraíso rezando
Ave María Bendita Tú eres entre todos los placeres
Dispénsanos de rodillas te lo pedimos humildes
En tu leche palpitante y mullida nos fundimos en
El primer encuentro en el mar de la célula con cola
Y el recinto secreto de la esencia de la Eternidad
Padre Yurupary que cruzas el caudal silente
Subiste al cielo en misión oficial y así te pagaron
Tomando la batuta los que antes te temían
Decidieron ordenar la casa hacerse cargo de todo
Y tus hijos olvidados como los sajinos deambulan
Por las cortezas de las moenas y los motelos rumiando
Las estrellas reclamando tu regreso / el Sakro Cosmos
Restablecido por los siglos de los siglos loado tu Nombre
Padre Tanrilla frágil garza de patitas de flauta de licor
Tu música levanta obeliscos humedece las nubes plácidas
Que encuentran en su ritmo de posishon el goce eterno
Por el que vive y muere y se desdice en gemidos el coro
Que canta cada noche:
“Ayaymama, Huischuhuarca: Nuestra madre ha muerto
Y nos abandonaron”.
***


(Fuente: Lab De Poesía)

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