lunes, 13 de mayo de 2024

Tulia Guisado (Barcelona, España, 1979)

 

UN POEMA DE  CANÍBAL

 




El gato inmóvil a los pies del árbol,

la adolescente enferma, el amante, el amigo,

los hermanos, los pasillos, las esperas,

los pinchazos, cada una de mis venas inflamadas,

el sonido del panel del hospital, esa alarma,

mi rostro confundido y el tuyo, tan blanco entre la nieve,




LA CASA



Todo este ruido que levanto

el televisor, la radio, la memoria

no es sino una estrategia

que permite esconder

tras la barbarie el equilibrio.


Todo este ruido que levanto

es el único donde protejo

el silencio que me habita.

Construyo a mi alrededor

la gran tapia donde oculto

este frágil equilibrio

este centro herido

de la llaga curándose despacio.


Calibro a mi alrededor

el volumen de la prisa,

el valor de vuestros pasos.

Yo toco la pared dentro de mi casa

y siento casi al tacto la memoria.


Todo este ruido

el estallido de la risa

el estruendo de la bomba

la ráfaga de viento y los disparos

todo es mío.


Las voces los gritos

la estantería que cayó y mató algo

el lavavajillas y el grifo abierto

el grito tras uno y otro portazo

qué crees que esconde

sino el silencio de mi casa.


La música tan alta

el ruido los tambores

las copas que se rompen

son solo una amenaza

para aquel que todas las mañanas

espera tras la puerta a que me vaya.

Todo ese ruido, tras de mí, ha de seguir.

No quiero, bajo ningún concepto,

que sepa

cuándo dejo sola la casa.




Tulia Guisado

Caníbal

Ya lo dijo Casimiro Parker

(Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

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