Con el dolor de la mortal herida...
De una reflexión cuerda con que
mitiga el dolor de una pasión
mitiga el dolor de una pasión
Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
Toda en su mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muerte a una vida.
Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,
no sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?
Ilustración: Edipo e la Sfinge, 1968, Giorgio de Chirico
(Fuente: Campo de maniobras)
No hay comentarios:
Publicar un comentario