PEDRO PÁRAMO
Juan Rulfo
hablaba siempre
a la altura del corazón,
pero miraba lentamente,
despacio, cara a cara,
con fijeza y a los ojos
de la muerte desnuda.
SIN HORIZONTE
Únicamente el cielo
carece de horizonte.
Es terrible vivir
en este tiempo
de terror y espanto.
Mientras se viene y se va
la pesadilla horrenda,
callémonos amando.
En Música de Hielo
(Fuente: Piedra Papel Libros.)
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