CALMA
El sol de medianoche
de mi lámpara. El tiempo que huye
no hiere mi quietud.
raro donde el dolor se cansa
y al fin, furtivo, traspasa
el umbral. Una gran indiferencia entra
en mí con un gusto de ceniza.
Mi mesa es una isla luminosa
en la manta negra de la silenciosa
noche. Afuera
un hombre curvado sobre sus deseos muertos
Ya no soy más nada...
la ruta se detiene con los pasos del peregrino.
en “Gobernadores del rocío y otros textos”, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 2004. Trad. de Michaelle Ascencio. En la imagen, Jacques Roumain (Puerto Príncipe, Haití, 1907-Haití, 1944), a la izquierda, con Nicolás Guillén (Habana Radio).
(Fuente: Jonio González)
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