COMO UN ÁNGEL MUERTO
Abre el agujero
enfrenta el desabrigo, tiembla;
el poema tiembla como un ángel recién nacido
frente a blancos alineados que le aguardan fríamente.
Se lo lleva una ausencia repentina
como de sombras
como de miedos con el rostro desnudo
habitando otras bocas
desprovistas de palabras y de cielo.
El poema siente el compromiso
la incertidumbre de salir a escena
con la luz en los brazos
con las alas abiertas.
Un crepitar de la palabra
muy próximo al llanto
le oprime el pecho.
Duele en cada verso
en el hueso endeble del instante.
Con la púa clavada en el costado
sin maquillar el vuelo
sale del vientre
salta
arriesga su sendero en la cuerda de una hoja.
—ya no tiembla—.
Piedra terrible el silencio a cada paso…
Como un ángel muerto,
el poema cae como un ángel muerto.
(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)
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