DESPERTAR PALABRAS
DESPERTAR PALABRAS
“La catástrofe de la nación hace mucho tiempo que se venía
anunciando en el embrutecimiento de la lengua.” (Joseph Roth)
las palabras engordan y se hacen sedentarias, se atiborran de
significados basura y mueren adormiladas de imbecilidad.
La poesía (toda escritura que se precie de serlo) viene para meterlas
en difiultades, despertarlas de la modorra y arrancarlas del sopor,
someterlas a duras exigencias, a tensiones imprevistas, ponerle las
cosas difíciles, amañar encuentros imposibles, desubicarlas, dejarlas
fuera de lugar, señalarle objetivos inalcanzables para forzarlas a estirarse
por encima de sus posibilidades.
Las palabras deben mantenerse en forma para tal acometida, ejercitarse
y hacer músculo: si pretende elevarse con un movimiento sutilísimo y
volar algún día con la ligereza de la brisa, el bailarín habrá de esforzarse
con la tenacidad de un atleta y sudar como un levantador de pesas.
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