Puesta de sol en el mar
Tumbado en el camarote,
fumando tabaco sueco
no pienso en nada.
El mar está verde,
un verde turbio de absenta;
es amargo como el cloruro de magnesio
y más salobre que el cloruro de sodio;
puro como el yoduro de potasio;
y el olvido, el olvido
de grandes culpas y grandes pesares
lo traen solo el mar, ¡y la absenta!
¡Tú, verde mar de absenta,
tú, apacible olvido de absenta,
adormece mis sentidos,
que pueda dormirme en paz,
como me dormía antaño
leyendo un artículo de
Revue de deux Mondes!
Suecia se extiende como un humo,
como el humo de un habano maduro,
y sobre ella brilla el sol,
como un puro a medio apagar,
pero por el horizonte
se alzan rompiente rojas,
como fuegos de Bengala,
que iluminan la miseria.
En Strindberg. Escritor, pintor y fotógrafo, traducción de Carmen Montes, Nórdica Libros, Madrid, 2012. Vía Librería Norte
fumando tabaco sueco
no pienso en nada.
El mar está verde,
un verde turbio de absenta;
es amargo como el cloruro de magnesio
y más salobre que el cloruro de sodio;
puro como el yoduro de potasio;
y el olvido, el olvido
de grandes culpas y grandes pesares
lo traen solo el mar, ¡y la absenta!
¡Tú, verde mar de absenta,
tú, apacible olvido de absenta,
adormece mis sentidos,
que pueda dormirme en paz,
como me dormía antaño
leyendo un artículo de
Revue de deux Mondes!
Suecia se extiende como un humo,
como el humo de un habano maduro,
y sobre ella brilla el sol,
como un puro a medio apagar,
pero por el horizonte
se alzan rompiente rojas,
como fuegos de Bengala,
que iluminan la miseria.
En Strindberg. Escritor, pintor y fotógrafo, traducción de Carmen Montes, Nórdica Libros, Madrid, 2012. Vía Librería Norte
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Foto: August Strindberg c.1900 Wikimedia Commons
(Fuente: Campo de maniobras)
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