DETRÁS DEL OLVIDO
Lo único sólido que de él quedó fue su chaqueta.
La colgaron allí, en el armario grande. Fue olvidada.
Se pegó al fondo, detrás de nuestras ropas de verano, de invierno,
nuevas cada año, para nuestras necesidades nuevas. Hasta que,
un día, llamó nuestra atención puede que por su color extraño,
puede que por su anticuado corte.
Sobre sus botones
había tres imágenes, iguales y redondas:
el muro del fusilamiento, con cuatro agujeros,
y alrededor, nuestro remordimiento.
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en “Introducción a la poesía griega contemporánea”, Juan Luis Torres, ed. y trad., “Prometeo”, nº 133, abril de 2009.
(Fuente: Jonio González)
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