POR UNAS CUANTAS CANCIONES
POR UNAS CUANTAS CANCIONES
Por unas cuantas canciones
en las que hablaba de su misterio,
las mujeres han sido
excepcionalmente amables
con mi vejez.
Hacen un rincón secreto
en sus ajetreadas vidas
y me llevan allí.
Se desnudan
cada una a su manera
y me dicen:
“Mírame, Leonard
mírame por última vez.”
Después se inclinan sobre la cama
y me tapan
como a un niño que tirita
IRVING Y YO EN EL HOSPITAL
Él defendía a Nietzsche
Yo defendía a Cristo
Él estaba por la victoria
Yo estaba por menos
A mí me gustaba leer sus poemas
A él le gustaba oír mi canción
Nunca nos interesó mucho
Quién tenía razón o no
Sus manos de boxeador temblaban
Luchaba con su pipa
Tabaco Imperial
Que yo le ayudaba a encender
_____________________
en “Libro del anhelo”, Lumen, Barcelona, 2006. Trad. de Alberto Manzano.
(Fuente: Jonio González)
No hay comentarios:
Publicar un comentario