lunes, 23 de agosto de 2021

Ernesto Carrión (Guayaquil, Ecuador, 1977)

 

 


LOWELL

Es en forma de nube como el mundo empieza. Tiene ojos, nariz y pelo de mandril desesperado. En la habitación, la monotonía es el filo de una navaja moldeándote el muslo

Esta mañana te he visto en un escenario blanco, lleno de cuervos espesos que vigilan bajo sus negras pelucas lo que aloja tu pena

Parecen sillas esos cuervos al pie de los cortados amaneceres que ofrecen Cristos gigantes entre sandías. Quemante y cegador es el tiempo entre enfermos

Miedo es lo que sientes, y lo que te lleva a no poder descansar ni entre los diarios industriales que hablan de camaradas policiales azulando la vida, o de reformas gubernamentales hechas por el Papa y los nuevos letreros publicitarios que ladran como una madre piadosa

Dices, sabes que dices, que tres veces al día el abismo alza su cabeza en forma de lo amado. Una mujer, un hombre, nuestros hijos que se engendran a sí mismos arden en la máquina voladora de la mente

Cal: te sorprendería saber que una plegaria es un corazón oscuro lleno de vergüenzas iluminadas. Cal: te sorprendería saber que una rosa en la mesa es un corazón artificial que se desplaza hacia la memoria que parece inabarcable en toda la grandeza de su infierno

Blanco será el retrato de su pudrición 

Por el paseo marítimo, en un patio de hierro como Nueva York, soñé que te morías a golpes de hacha saliendo de un bar donde la felicidad fue flotar peligrosamente sobre botellas

Pasajeros charlatanes con las manos en sus bolsillos rumiaban la luz hermosa de los despropósitos. La vida se excitaba en los bordes de tu cadáver multiplicándose como una docena de conchas rotas

Eres el retrato blanco de la pudrición, Cal. Un pequeño macaco japonés, con la cara inexpresiva y domesticada, que vuelve hacia el hielo 
                                                                 balanceándose entre ramas
                                                                 imaginarias

~

PLATH

Evito mirar, entre las nubes, el paso de la luna como vaca fúnebre

La luna es el hielo mismo concentrando alientos en su costilla rota pero castísima

Así aprendo que el amor exige calma. Y un centenar de hábitos paralizados en su bolo impostor

Así odio las casas uniformadas donde los focos calculan el reflejo de lo familiar y la oscuridad de las mentiras encogidas como el revólver de un asesino

Recostada, entre la realidad y el sueño

Prefiero ajarme debajo de las sábanas viendo el contorno de un buitre sobre un prado cubierto de cenizas

Isla de cal, es cada uno de nosotros, hasta que el mundo empieza una vez más deslizándose por debajo de los ojos hasta subir a la cabeza rompiéndose en un árbol de palabras. Cociendo los huevos del tiempo hacia la pesadilla

O sea: los ojos abriéndose rojos hacia un árbol de palabras en el viento del sur. Iris haciéndose añicos pero sin lágrimas

Pero en mi caso hay lágrimas

La loca soy yo, y no puedo pensar ni escribir cuando la loca aparece. El hielo es una sugerencia del estado del cielo. Entonces dios no existe

Dios no puede existir porque la vida es un cosmético desangrándose a grandes pasos por las ciudades que sudan kilómetros de hielo negro

Late la tristeza en forma de espejo: ese sí blanquísimo y reflejándome en la nada envuelta en sí misma

Mi tristeza está surcada con las lentas granizadas de un espejo 

Y no me arrepiento de esta boca llenada con pastillas ovales, ni de la desaparición por el túnel de un suicidio que fue –aunque truncado- un abrazo de luz, ni de las mujeres que piden matrimonios, en un sarcófago martillado por luciérnagas, a los aborrecedores de mujeres

Ni de ese viaje hacia el futuro, de color amarillo bilioso, que hizo de las letras bucles monumentales como alambres de púas

no me arrepiento de odiar el amor con todo mi amor. Y siendo tan sólo esta niña de pecho de muchacho con las palas de las manos volteadas mostrando en ese vaciado sus derrotas mínimas

Sin embargo hay lágrimas en mi rostro. Tantas que cualquier observación del mundo parece una traición a mi cadáver

Ese futuro cadáver que sigue colgándome del cuello como un globo negro 

~

SEXTON

Ana,

Esta es la depresión

No poder moverte de la cama, atornillada a ella por bayonetas imaginarias que salen de tu cráneo. No poder moverte aunque tus hijas estén buscándose el mundo en la basura. No poder moverte de tu costa imaginaria anclada como un árbol gris a una tristeza dura, vallejiana. No poder moverte de la cama porque afuera el mundo aún se parece a esa aula helada en la que entraste temblando el primer día de clases

El hielo es el aire escarchándolo todo sobre el manto de una virgen, en una caja descascarada donde su reinado es falso

Esta es la depresión:

Fieras en la selva de tu mente arqueando sus cejas junto a una luna extirpada. Teléfonos desconectados y entre las venas aullando equivocadamente. Límites por todas partes donde los sueños huelen a pólvora y a sangre mesiánica sobre el pecho de un gánster. Supercarretera antártica donde las cabezas de tus conocidos iluminan la cueva espantosa del sueño americano

Un accidente de autos, como el relincho de un caballo enterrado hasta el cuello en la mitad de un puente, con los faros rotos de sus ojos alumbrando la sombra del lenguaje

Lo que piensas, eso que no te permite avanzar, ponerte si quiera de pie, es una madriguera como esta página inadvertida donde tu mano de felino repartirá la crueldad de un modo misterioso, en cada rincón secreto de tu cuerpo. Una madriguera donde el musgo hará su propia casa pero sin ti

Esa escritura que empieces podrá sanarte

Las palabras que escribas ejecutarán la violación sincera de un camino que debe ser borrado como el recuerdo de un amor que no sirve para nada. Que le asegura dominios a la memoria, tan borracha y perdida en los dedos extendidos de una mano

Esa escritura será tu propia casa pero sin ti

Te ayudará a levantarte de la cama, de esta costa imaginaria donde los barcos son sólo batas flotando del color más blanco. Las batas que se agitan en el océano azul de tus ojos, y que te ayudan con pastillas y te hablan de otras sangres como la tuya que hallaron el reposo

Domésticamente

Esas sangres se salvaron precisamente hablando de otras. Domésticamente

Viendo que la tragedia personal es siempre más pequeña si la comparas con la tragedia de los hombres. Esclava especie verticalmente infeliz faltándole el respeto al abismo con los pantalones abajo mirando a las estrellas

Porque ésta es la depresión: mirar a las estrellas con los pantalones caídos, echarse así a dormir y no poder pararse de la cama

El puro sinsentido del destino enjoyando con los hilos de su nieve ese manchón de un mundo 
                                                                                                                            
                                                                                                                                        hecho de ruinas

~

LOWELL

Cal, tú llegaste tiritando con los músculos de un rostro sumergido suavemente en sus veinte años

Y te ubicaste entre todos como una porcelana en bancarrota

Un hombre que viaja del hielo hacia el acero es un hombre que bebe. Tú ardías por dentro y te sangraban las manos

Las piezas de ajedrez en tu camisa estampada eran tu sueño de morir junto al océano

Llorabas por la salvación de tu alma. Jurabas, rebuznando de alcohol, que ibas a renacer como estambre encima de las ramas y hacia las ventanas. Que ibas a dejar de sentir tu cabeza separada del cuerpo y su meseta

Que era la luna un reflejo de la roja manzana abandonada por la víbora como un bloque de oro

¿Serían cuchillos lo que veías crecer en tu nuez de gallo? ¿Niños amontonados con palas haciendo guardia en el monte de la muerte?

Velaste junto a la puerta prohibida que también rebuzna. Oíste a los Señores de la Lengua, a nuestros pecadores, a cada uno de los pacientes depositando uno tras otro esos cuerpos, esos costales de un alimento tan deshonesto que carece de sangre igual que el falo de un dios

Y odiaste a todo aquel que nos odia y que nos ama: esos que se alimentan de la mirada social o de la espina de un cerdo

Luego leíste en la puerta, insistentemente entre líneas –y debajo de los rostros de indígenas tallados con acero conquistador-: “aquí la salvación / aquí el dolor del mundo / aquí el cuerpo entre cuerpos”

Aquí lo que fracasa se ilumina a la deriva como un carbón que siendo al fin cenizas sabe que el presente, aún sin voluntad, es nervio rojo 

Entonces tan contagiado con las infinitudes de la sinrazón vuelves al hielo en tus ojos. Están perfectamente abiertos mirando cómo pasa un bosque lleno de hombres sedados y de niños, pilos de niños con palas montando guardia en el vacío de la noche sobre un barco de cruces encendidas

Esos hombres no saben que el sol actúa solo, que corrige demasiado tarde lo que hacemos. Y los rostros de esos inmóviles fantasmas que están sentados junto a ti soñando con un vaso de whisky se han tornado montañas de hielo, auténticos espejos enterrados sobre un paraíso de nieve

Sobre las avenidas, afuera de la clínica, los semáforos arden 

Para que se deslice la vida como una lata muerta 

                                                                               pero brillante

~

PLATH

Había nieve en la habitación. Cielo en los cristales

Y ojos mirándome como un pelotón de monedas derretidas

Había una placa de metal a cada lado de mi cabeza, y mi piel estaba endurecida y plateada bajo la hebilla de la correa sobre mi frente

Cerré los ojos con fuerza, mordí un alambre, 

Y oí la voz solidariamente fingida del doctor resbalando sobre el rojo caparazón de mi oreja derecha

Rugió un largo pitido como el sonido de cientos de trenes descarrilándose dentro de un túnel intestinal, ansiando terror

La luz hizo la oscuridad dentro de mí

La electricidad invadió la piscina de mi cerebro, llenándola de serpientes y azulados relámpagos

Chillé como una garganta arrancada por otra garganta.

Chillé artificialmente como un pájaro muerto cortado por la luz natural de un reflector

Entonces me pregunté:
¿Qué cosa tan terrible había hecho yo para merecerme esto?

Mi cabeza vibró, abriéndose como un cactus, echando savia, pateando la vida misma fuera de ella:

Cloc-cloc-cloc-cloc-cloc-cloc-cloc. Todo se llenó de aves que parecían bolas en llamas dentro de mí. Cloc-cloc-cloc-cloc-cloc-cloc-cloc. Aves que parecían bolas en llamas en mi cabeza que era una campana de cristal a punto de romperse. Cloc-cloc-cloc-cloc-cloc-cloc-cloc. Aves que eran bolas en llamas y peces llorando arroz en completo silencio

Yo intentaba enfocar mi mirada sobre las cosas. Intentaba enfocar mi pensamiento sobre mi mirada enfocada a su vez sobre todas las cosas,

Pero era inútil

Yo era ahora el mundo observado por primera vez por un fantasma suavizado por la electricidad poderosa. Yo era el fantasma de mí misma suavizado por la electricidad mirando por primera vez el mundo como otro fantasma

Yo ya no podía ver nada más que un punto negro en la mitad de la habitación donde había estado el cielo en los cristales. Un punto negro esperando su ruptura: mi primera palabra

Yo era ahora una cabeza nueva, dentro de una cabeza en llamas, llena de nieve

Y había nieve en la habitación

Huyendo

~

SEXTON

Para ponerte a salvo, haz un árbol con tus muebles usados

Un árbol que guarde las cicatrices de toda tu familia como un traje de fuego en su jaula de caimán

Un árbol que guarde rosas rojas al interior, y rosas blancas al exterior, con la rapidez de un sueño sin esqueleto saliéndote del cutis como un bordado

Un árbol que contenga tu tristeza, tu desengaño glaseado, además de un panal balanceando su garfio de hielo sobre tu vientre caliente, hinchado de agua

Un árbol que huela a miel de maple, a pan tostado, a fiesta de testículos en forma de hábito, y a vino derramado en la cama del amor donde hubo un aborto

(Un aborto hubo en la cama donde hubo un amor también 

Un amor también está lleno de restos arqueológicos como un país lujoso)

Haz un árbol con todos tus muebles
Pero no olvides que una máscara no cabe en un poema donde está la infancia viva pero marchitándose

La geometría de la espuma en las ventanas de tu habitación donde dios es una idea en la copa del grillo. Las ciudades poniendo un trozo de pan sobre el mapa blanco de un verbo incapaz de explicar el arte, o el libro inesperado, o el mismo verso que evacúa las raíces de tus muebles en otras cabezas flotando por este discurso llorado

Heladamente

Una máscara no cabe en un poema que se tarda cuatro segundos en abrirnos los párpados. Su largo dormitar de manatí sucederá en tu pensamiento futuro donde sus degollaciones son un misterio incluso para él

Junta todos tus muebles hasta que ardan en una sola cabellera deslumbrante en el campo de la misión

Esa llanura alta donde la nieve silba

Ana, no sacas nada con llorar aquí, entre todos nosotros, donde la culpa es nieve, el miedo es nieve, las hojas del naranjo en los muros corroídos

Y el llanto y los cuchillos son sólo nieve

Única imagen que nos ofrece el mundo para entender la vida

En una misma lengua

***
 
 
En: Como un caracol nocturno en un rectángulo de hielo. Santiago de Chile: Ediciones Litost, 2019.
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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