jueves, 19 de noviembre de 2020

Debrik Ankudovich (Chubut, Argentina, 1961)

 

Veneno para hormigas (Escribo)

 

Escribo con la mano que no sabe escribir
dibuja a destiempo, torpemente
lo que el alma descarga tempestuosa
¿Acaso los ojos no son dientes
para detenerse en lo apetecible?
Están tan lejos
esos pájaros que vuelan de cerca.
Escribo cuando la poesía se aleja
escribo sus restos, su cadáver exquisito.
Escucho en la multitud (donde vivo escondido):
Pobres los pobres.
¿Yo?: Bien.
He descubierto algo novedoso,
temiblemente bello, oculto en el iris,
es un brillo salvaje,
un destello entre tanto naufragio,
una medalla al menos, salvable.
¿Deberían los hijos ver hombres desesperados?
¿O dejar que respiren su dulzura
en el paladar de los tragamonedas?
Pero no hay nadie allí afuera, nadie;
solo barcos vacíos,
bosques encendidos.
¿Y ustedes señores?
Tanta vida ganada en el rapiña,
para confundir al poeta con ropaje de payaso
y mejor acorralar a la inocencia
de todas maneras escribo,
escribo lo que sobra
al silencio del corazón que desborda;
de todas maneras
el espíritu vendrá por todos.




(Fuente: Liliana Hayat)

 

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