TRES POEMAS DE CANTIGAS DE AMIGA
Primer mandamiento:
No mojarás el papel formado con los anillos de
[mi tronco.
De este árbol yo creé una hoja discontinua con
[sus puntos de cisura
y sus borrones.
De este árbol, de este proyecto de típex, inerte,
[a veces seco,
pero vivo bajo las enredaderas,
he creado un cuaderno donde acoger una risa de
[alguien,
una risa cualquiera.
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Todo se reduce a los caninos desgastados de la
[mujer pantera.
Si ya no puedo morder tus nalgas ―esta es
[la revelación―,
si ya no puedo mostrar la furia carnívora,
si me acostumbro a la mansedumbre rana,
si le saco la lengua a los mosquitos,
aléjame de ti
para que pueda lamer la hierba de otras.
―――――――――――
Ábrete, diré, a las horas de la luz:
Otra vez la barandilla, otra vez el equilibrio,
[otra vez las acrobacias,
el descuelgue de las cuerdas, el violín
[desentrenado, los platillos,
la zambomba, el organillo, y las notas
[discordantes, chirriantes de la orquesta,
aguafiestas,
amarillentas, desentrenadas, y a la jirafa, el
[hipopótamo, los jabalíes o las gallinas,
saxofonistas desempulmadas y tanto vértigo
[bajo el estruendo.
Revientaoídos, revuelamores, raquititiemblos.
¿Y para cuándo la música?
Juana Marín
Cantigas de amiga
Prólogo de Eva Gallud
Lastura
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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