Pasé una vez por una ciudad muy populosa
Pasé una vez por una ciudad muy populosa, grabando en mi
cerebro, para uso futuro, sus espectáculos, su arquitectura, sus
costumbres y sus tradiciones; y, sin embargo, ahora, de toda esa ciudad, recuerdo solamente a
una mujer que por casualidad conocí allá, que me detuvo con su
amor por mí; todos los días y todas las noches estuvimos juntos; de todo lo
demás ya me olvidé hace tiempo; y digo que recuerdo sólo a esa mujer que con tanta pasión se
aferró a mí; otra vez deambulamos, nos amamos, nos separamos otra vez; ella otra vez me toma de la mano y no me puedo ir. La veo junto a mí, con labios silenciosos, triste y trémula.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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