jueves, 31 de octubre de 2024

Atila Luis Karlovich (Colombia, 1953)

 

DE LOS AEROPUERTOS
 
 

pesa la pena
pero más pesa la dicha
cuando te vas, cuando me voy.
 
(aeropuerto de techo,
madre de partituras y particiones,
en shannon y orly
berrea un bebé rumbo al exilio,
noche pegajosa de suave perfume
y daiquirí en pointe-à-pitre,
vómitos en pointe-à-pitre,
las horas que se hacen eternas en pointe-á-pitre,
aprisa un subrepticio romance en un baño de barajas,
una caricia más manifiesta en un recoveco de maiquetía,
el tiempo estanque,
el tiempo témpano y jaula de plomo,
el dorado,
implacable a mis ruegos y sordo a mis súplicas,
¡arráncame la vida pues!,
tantas veces kloten
y kloten siempre gris,
y tantas veces ezeiza,
trampa terminal del azar,
finis terrae,
esa garúa que cae
camino al matadero.)
 
cuerpos plegados,
almas en pelmaza,
los malqueridos del mundo entero
acuden para sufrir
los horarios sagrados,
los itinerarios incumplidos,
los cronogramas cancelados,
salen en la arbitraria madrugada
de vientres equivocados,
buscan la voz brasileira de jadeante cadencia
que anuncie su equívoco destino final
y mansos vuelven al cetáceo errado.
 
pocos salen como entraron,
casi ninguno entra como salió,
siempre queda algo enganchado,
trozos de tripa,
un brazo izquierdo,
anhelos desflecados,
trizas de alma,
souvenirs d'amour.
 
persiste, avanza, incide el reloj,
el cruel quirurgo, la meretriz engañera.
 
más allá
de ese vidrio ahumado
una cifra, una cicatriz,
un pájaro sin rumbo
surca displicente
el cielo tripartito
de endeble coraza.
 
pesa la dicha
pero más pesa la pena
cuando te vas, cuando me voy.
 
 
Puede ser una imagen de dirigible

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