“silencio antes de nacer, silencio
después de la muerte, la vida es puro ruido
entre dos silencios insondables”
Isabel Allende
Sobre el nombre de las cosas
Para Luiz Ruffato
I
porque todos los misterios son santos
no nombraremos el nombre de las
cosas.
aún que los desiertos florezcan
y el caos de las lluvias nos transborden,
de ellos, la sangre
no diremos.
IV
cuando caminábamos
en la arena,
nombres no habían.
habían el mar sin nombre,
el cielo, las frutas,
las huellas de los pájaros
y el sueño sin nombre había.
todo era simple.
simples hombres
sin nombrar.
VI
¿quién nos lleva en los hombros?
¿quién nos bebe la lengua?
¿a quién decir, quiero?
¿a quién decir, preciso?
¿a quién decir, inocentes?
VIII
vivimos dentro de nosotros.
extranjeros.
recorremos carreteras,
calles, ciudades, desnudos y
extranjeros.
cada sonrisa, cada
abrazo, extranjeros.
nuestros mares y navíos,
extranjeros.
XI
es que
los nombres no dichos se esquivan
y el Verbo
que era barro
se hace
aire.
…
fiat lux
para Cristina da Costa Pereira
el tiempo
viene de los pies y de las manos y del agua y de los vientos
y de la tierra
y del fruto del vientre de las madres
viene de los árboles
de la paz que brilla en su cáscara
nace de la pureza de la sangre de las arenas
de la existencia de la hoja en blanco
de los ancestrales recuerdos del carácter mágico
de las palabras
el tiempo
nace de la escritura de los pájaros
o de su canto
o de la risa del primer gallo en la primera mañana
o antes
cuando la idea de un Dios quemaba los ojos
y los niños jugaban
en el soplo de la espuma del verso de los poetas
viene de la seda de las abejas
de la piel de las tortugas
del encuentro de la araña y su red
del ínfimo grano de arena de los desiertos
el tiempo
comienza en ti
en tu gemido delante del ombligo de la luna
y de las espirales de las nubes
nace de las ciudades invisibles
del movimiento que existe en el juego del creador
y de la piedra fundamental
nace del amor de los lagartos
de las uvas molidas para el vino
del fuego de los volcanes
de los cielos y de los parques
del espíritu que perfuma el aire
nace del misterio gozoso
que existe entre la espina y la rosa
de los relámpagos que iluminan los cabellos
de la primera hormiga en su labor diaria
de las alas de los peces cuando estos vuelan
el tiempo
nace del acaso de las galaxias y de las estrellas
del humus de las lluvias
nace de la memoria del polvo
de los incendios del deseo
viene ungido por los dolores de los profetas
nace del vuelo de Dios y su sudor
y del dedo del sol entre las sombras
el tiempo
resiste en la sonrisa lenta de la noche
ofreciéndose a la boca estelar y melancólica
de la aurora mas larga
y armoniza el silencio
coge la miel
y nos hace estremecer
solos y humanos
(Fuente: La parada poética)
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