miércoles, 11 de noviembre de 2020

Marcos Siscar (Boroborema, Brasil, 1964)

 

           

 

 

CONOZCO apenas una ciudad (y dicho esto

decir lo que quiera que se diga que diga

es una náusea sin fondo sin palabra

tú ciega y yo mudo siempre me tomo

de tu cabello sin querer sin las manos

una contrición sin creencia ¿una ambición

de la inteligencia? nada sé que sólo sé

que la palabra mano nació de los pies

descalzos con que quizás me llamaras

una indiferencia igual a nada apenas

una consideración del gesto mientras

tamarindos lanzan raíces en el río y quizás

las formas urbanas prefiriesen otro

receptáculo para tanta necesidad de vida)

 

 

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SUCEDE cierto día volviendo a casa sin

prisa que la mirada llevada en movimiento

longitudinal sobre los omóplatos hacia dos

árboles viejos yendo hacia la calcárea

corteza arrugados impedidos de movimiento

por la diferencia de ritmo del ojo anacrónico

que los encuadra y los comprende para y

a la distensión que imprime en el rostro tornándolo

susceptible de alteraciones musculares rígidas

trayendo la imagen vista a la piel del cuerpo se pegan

posturas de mujeres preñadas de pasado sin

verme retribuyendo con su lugar el fin

de tarde que nos lleva tan inflexible

(grabé un corazón de piedra con tu nombre)

 

 

 

 


En La mitad del arte

 

               Kriller71ediciones

 

              (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

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