“Da morte. Odes mínimas”
XIX
Si yo supiese
Tu nombre verdadero
Te tomaría
Húmeda, tenue
Y entonces descansarías.
Si susurraras
Tu nombre secreto
En mis caminos
Entre la vida y el sueño
Te prometo, muerte,
La vida de un poeta. La mía:
Palabras vivas, fuego, fuente.
Si me tocaras,
Amantísima, blanda
Como fui tocada por los hombres
En vez de Muerte
Te llamo Poesía
Fuego, Fuente, Palabra viva
Suerte.
…
XVI
O que nós vemos das coisas são as coisas.
(Fernando Pessoa)
Las cosas no existen.
Lo que existe es la idea
melancólica y suave
que hacemos de las cosas.
La mesa de escribir es hecha de amor
y de sumisión.
En tanto
nadie la ve
como yo la veo.
Para los hombres
es hecha de madera
y esta cubierta de tinta.
Para mí también
más la madera
protege su interior
pues su interior es humano.
Los libros son criaturas.
Cada página un año de vida,
cada lectura un poco de alegría
y esta alegría
es igual al consuelo de los hombres
cuando inquietos permanecemos
en respuesta a sus inquietudes.
Las cosas no existen.
La idea, sí.
La idea es infinita
igual que el sueño de los niños.
…
IV
¿Qué boca ha de roer el tiempo? ¿Qué rostro
Ha de llegar después del mío? ¿Cuántas veces
el tejido leve de mi soplo ha de posarse
sobre la blancura agitada de tu pecho?
¿Atravesáremos juntos las grandes espirales
la arteria extendida del silencio, el vacío
la planicie del tiempo?
Cuantas veces dirás: vida, estrella vespertina, magna-marina
y cuantas veces diré: eres mío. Y en las distendidas
tardes, de largas lunas, de madrugadas agónicas
sin poder tocarte. Cuantas veces, amor
Una nueva vertiente ha de nacer en ti
y cuantas han de morir en mí.
(Fuente: La parada poética)
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