de GALERÍA
1
Abres la puerta:
un cono naranja
en una habitación blanca.
En el suelo, cenizas
y la sensación de haber ingresado
al eco de una fiesta:
una mosca rebota con su reflejo en la ventana.
2
El televisor está encendido:
la antena se une con su sombra en la pared.
En la pantalla refulge un arco iris
y frente a ella
—sobre un cojín violeta—
un oso de peluche parpadea.
3
Las cortinas están levemente abiertas.
Una larga y angosta franja de luz
se proyecta en la pantalla del televisor.
Los visillos flamean como banderas.
…
FRESIA ASTUDILLO
La cancha de tenis es una página en blanco. Los tenistas escriben sus golpes con precisión. Entrenan leyendo a sus adversarios y a sus predecesores. Escribir es aprender la exacta técnica del servicio. Es intentar un ace o un passing shoot, pero dejar siempre la pelota en la malla. Tu adversario lo sabe. Él también debió pasar días enteros entrenando, mascando el amargo sabor de la derrota. Pero nada de eso importa demasiado. No juegas para ganar, sino para aprender a persistir. Ese es el gran desafío. Pese a la imposibilidad de la victoria, insistir en el oficio de jugar. Insistir en el oficio de escribir.
ROSA VERA
Ahora que estoy
frente al sepulcro
te confieso: siempre
supe que el trofeo
que gané a los
nueve años
era bañado
en oro falso.
Nunca te lo dije
pero esa misma
tarde en que pintabas
el trofeo con spray
yo te miré por el
cerrojo de la puerta
y pensé que la victoria
era una cosa despreciable.
(Fuente: La parada poética)
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