"Vivo sin vivir en mí..." (versión 2)
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Aquesta divina unión
del amor con que yo vivo,
hace a Dios ser mi cautivo
y libre mi corazón.
Mas causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay! ¡Qué larga es esta vida,
qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros,
en que el alma está metida!
Solo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay! ¡Qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Y si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga;
quíteme Dios esta carga,
más pesada que de acero
que muero porque no muero.
Solo con la confianza
vivo de que he de morir;
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte, do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta;
mira que solo te resta,
para ganarte, perderte:
venga ya la dulce muerte,
venga el morir muy ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera
no se goza estando viva;
muerte, no seas esquiva;
vivo muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es perderte a ti
para mejor a él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues a Él solo es el que quiero,
que muero porque no muero.
El pez que del agua sale
aún de alivio no carece;
a quien la muerte padece,
al fin la muerte le vale.
¿Qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero?
que muero porque no muero.
Cuando me empiezo a aliviar
viéndote en el Sacramento,
me hace más sentimiento
el no poderte gozar;
todo es para más penar
por no verte como quiero,
que muero porque no muero.
Cuando me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
viendo que puedo perderte,
se me dobla mi dolor;
viviendo en tanto pavor
y esperando como espero,
que muero porque no muero.
Sácame de aquesta muerte,
mi Dios, y dame la vida;
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que muero por verte,
y vivir sin ti no puedo,
que muero porque no muero.
Lloraré mi muerte ya,
y lamentaré mi vida,
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh, mi Dios! ¿Cuándo será
cuando yo diga de vero
que muero porque no muero?
incluido en Las primeras poetisas en lengua castellana (Ediciones Siruela, Madrid, 2016, ed. de Clara Janés).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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