Unos ojos nuevos se me abrían bajo los párpados
Adrienne Rich
Ni a los dioses ni a ningún hado pido
otros ojos, bajo los párpados nuevos,
para mirarte y que me mires: es a ti
y a mí, a quien convoco y a quien reto.
Otros ojos que sondeen el pecho
del agua y de la sed, que interroguen a la sal
y aprendan a leer el alfabeto vivo,
sin descifrar, hermético, del espejo.
Otros ojos que abran el mar de par en par.
A los ojos pido otras palabras
para decirnos, cuando hayamos roto las viejas
y esparcido los pedazos en surcos de olvido:
Fermentos tan solo, abono para la tierra.
Necesitaremos amasarlas con nuestras manos.
—Nuevas palabras que dilaten el espacio.
A las palabras pido caminos
que nos señalen las nuevas pisadas.
Otros labios que manchen de carmín
los vidrios extremos de viejos espejismos.
Nuevas manos, lengua nueva, nuevos sentidos.
Nuevos caminos excavados sangre a sangre.
A los nuevos caminos pido otra sangre
que los recorra exaltada, desnuda, nueva.
Que violente los límites y las simas,
que fuerce rediles y cercados, que nos lleve
más allá de la esclusa, tiñendo el calendario
de otra fiesta sin dioses ni hado.
Una sangre nueva en nuevas venas.
Es la sangre a quien pido unos ojos nuevos.
(Fuente: Life vest under your seat)
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