Aquella mano que firmó el papel
Aquella
mano que firmó el papel
Derribó
una ciudad; los cinco dedos
Soberanos
tasaron el aliento,
Redoblaron
el número de muertos
Y
dividieron a un país ―los cinco
Reyes
que coronaron a la muerte.
La
mano poderosa
Lleva
a un hombro caído,
Al
yeso que agarrota
Las
articulaciones de los dedos;
Una
pluma de ganso puso término
Al
estrago que dio término al diálogo.
Aquella
mano que firmó el tratado
Trajo
la fiebre, el hambre y las langostas;
Grande
es la mano que domina al hombre
Tan sólo con garabatear un nombre.
Los
cinco reyes pueden contar muertos
Pero
no saben suavizar la herida
Encostrada,
no saben dar consuelo
A
una frente; es regida la piedad
Por
una mano, y otra rige el cielo;
Las
manos nunca derramaron lágrimas.
[Versión
de Pablo Anadón.
Córdoba,
29-IV-20]
*
The hand that signed the paper
The hand that signed the paper felled a city;
Five sovereign fingers taxed the breath,
Doubled the globe of dead and halved a country;
These five kings did a king to death.
The mighty hand leads to a sloping shoulder,
The finger joints are cramped with chalk;
A goose's quill has put an end to murder
That put an end to talk.
The hand that signed the treaty bred a fever,
And famine grew, and locusts came;
Great is the hand that holds dominion over
Man by a scribbled name.
The five kings count the dead but do not soften
The crusted wound nor pat the brow;
A hand rules pity as a hand rules heaven;
Hands have no tears to flow.
(Fuente: El trabajo de las horas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario