sábado, 24 de octubre de 2020

Vivian Sanchbraj (México, 1978)

 

 

PORNĒCRATIE DESTINO

 

En la isla de Kusadasi

por el camino de las prostitutas

coloqué mi pie desnudo

sobre la huella de mármol

de un pie antiguo que marca ese camino.                                                                     

Mis piernas envueltas en piel de lagarto
y yo, culona como negra

llevo en la entrepierna una mandrágora.

En unos años llenaré mis pechos

con agua de mar.

Camino a solas

y una mariposa blanca

revoloteando presagia los orgasmos.

Lo reconozco, desde entonces

he buscado uno cada día.




MI MADRE EN EL BIDET

 

Cuando yo era niña y mi madre acababa
de tener relaciones con mi padre, se apresuraba

al baño y dejaba la puerta entreabierta.

Mi madre desnuda
con las piernas abiertas y en cuclillas

sentada en el borde de la taza de baño.

Con una de sus manos frotaba su origen del mundo,

y con la otra vertía agua de un recipiente de plástico.

El lunar negro en su seno derecho

y los pezones como capullos de rosa

realzaban sus pequeños pechos de Venus.

Luego se levantaba un poco del bidet
para lavar la espuma

de su profuso pelaje negro
y se entreveía su labia rojiza y coral.

Salía con apremio y como una ninfa en el paraíso

se aleja balanceando con gracia

sus hermosas nalgas.

Aún no sé si todo esto fue para demostrar
que ella sería la reina de todas las perlas
y de todos los huesos, y que todos los cerdos
y todos los perros debían esperar.

 

 

(Fuente: Nalgasylibros)

 

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