Tatiana Pequeno (Río e Janeiro, 1979)

 

 

carta para Mariana, después de las protestas

 

pienso sobre tu silencio y ahora escucho
una artillería pesada de gases y estruendo
como si esperase el gesto imposible
que prometiste nunca dirigir contra mí.
de tu cara me queda el rostro lavado de sal
de la última despedida y nada de lo que fuimos en los 
cuartos donde sistemáticamente nos despe
dimos compensa los más de mil kilómetros de
litoral que hace meses que recorro para llegar
al movimiento central de las reivindicaciones y
a la marcha correcta de los afligidos y de las protestas.
los días vienen siendo intentos ignorantes
de ver hasta qué punto son sagrados la depredación y los
ajustes, más para vos que para mí porque re-
tuve de la última internación otros monolitos
que no puedo ni logro devolver o
simplemente hacer deslizar rápido por las
nefronas. porque es por medio de ellas que no
amo y no seré capaz de amar sino  a vándalos 
y a herejes – y vos que señalás  absorta con un gesto 
entre banderas y taxis la pérdida de puestos de trabajo 
para los cuales no se nace ni se sobre
vive. De vos, Mariana, apenas un pedacito de imagen
tras la revisión del guardia camino de una 
dependencia médica (o militar) en Madureira: algo
como una página oculta bajo manos desarmadas
y desenlazadas en un invierno de mucho miedo
y combate



Río de Janeiro, 18 de junio de 2013.

   Traducción de Ezequiel Zaidenwerg