domingo, 13 de octubre de 2024

Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay, 1886-1914)

 

"LA ALBORADA"

 








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LA VIOLETA



Hay belleza en el lirio inmaculado
De majestad emblema,
Hay belleza en el cáliz nacarino
De la blanca azucena,
Hay belleza en la rosa purpurina
Y en el albo reseda,
Hay belleza en la nítida corola
De la nívea camelia,
Hay belleza en el pálido junquillo
Y en la suave diamela,
Hay belleza en el triste pensamiento
Y no hay flor en la cual no haya belleza,
Pero hay una que es flor entre las flores
Con ser la más modesta,
Una flor de fragancia incomparable,
Delicada y pequeña,
Una flor que en un lecho de esmeraldas
Oculta su belleza,
Una flor que un encanto misterioso
En su cáliz encierra,
Un encanto ideal, indefinible,
Que no hay flor que contenga,
Una flor para mí como ninguna,
Una flor que se llama ¡la violeta!



LA ESPERANZA



Soy el dulce consuelo del que sufre,
Soy bálsamo que alienta al afligido,
Y soy quien muchas veces salva al hombre
Del crimen o el suicidio.

Yo le sirvo al mortal que me alimenta
Contra el dolor de sin igual muralla,
Soy quien seca su llanto dolorido
Y calma su pesar ¡Soy la Esperanza!





OJOS-NIDOS



Para mi madre
Entre el espeso follaje
De una selva de pestañas
Hay dos nidos luminosos
Como dos flores fantásticas.
¡Nidos de negros fulgores!
¡De oscuras vibrantes llamas!

Y allá: dentro de esa selva
De follaje negro, espléndido,
En el fondo de esos nidos
Como flores de destellos,
¡Agita sus ígneas alas
El ave del Pensamiento!





EN UN ÁLBUM



Cuando abriendo tu boca perfumada,
La voz dulce y perlada
De tu bella garganta haces brotar,
En voces de sirenas ideales,
Y en arpas de sonidos celestiales,
A mí me haces pensar.

Cuando miro tu cuello alabastrino
Y tu cuerpo divino
Que al de Venus la diosa ha de igualar,
Del mármol la blancura,
Y del cisne la olímpica figura,
Me haces recordar.

¡Cuántas veces ligera como un hada,
Te he visto yo ocupada
En las dulces tareas del hogar,
Y entonces a mi madre,
Y Carlota de Werther heroína,
Me has hecho recordar!




EN UN ÁLBUM



La belleza más pura y delicada
Se refleja en tu rostro juvenil,
Eres ninfa risueña, eres un hada,
Eres flor de algún célico pénsil.

Es tu espesa y sedosa cabellera
Una inmensa cascada de hebras de oro,
La corona de un rey jamás valiera
Lo que vale ese aurífero tesoro.

Dos azules zafiros son tus ojos,
Que iluminan tu rostro angelical,
Y tus labios delgados son tan rojos
Que podrían llamarse de coral.

Son tus manos dos blancas mariposas
O dos flores talladas en marfil,
Y tus frescas mejillas son dos rosas
Que recién ha entreabierto el sol de Abril.

Es mi estilo muy tosco e imperfecto
Y no puedo expresar, en su rudeza,
Lo que vale tu rostro tan perfecto,
Desbordante de célica belleza.




¡POESÍA!



¡Poesía inmortal, cantarte anhelo!
¡Más mil esfuerzos he de hacer en vano!
¿Acaso puede al esplendente cielo
Subir altivo el infeliz gusano?

Tú eres la sirena misteriosa
Que atrae con su voz al navegante,
¡Eres la estrella blanca y luminosa!
¡El torrente espumoso y palpitante!

Eres la brisa perfumada y suave
Que juguetea en el vergel florido,
¡Eres la inquieta y trinadora ave
Que en el verde naranjo cuelga el nido!

Eres la onda de imperial grandeza
Que altiva rueda vomitando espuma,
¡Eres el cisne de sin par belleza
que surca el lodo sin manchar su pluma!

Eres la flor que al despuntar la aurora
Entreabre el cáliz de perfume lleno,
¡Una perla blanquísima que mora
Del mar del alma en el profundo seno!

¿Y yo quién soy, que en mi delirio anhelo
Alzar mi voz para ensalzar tus galas?
¡Un gusano que anhela ir hasta el cielo!
¡Que pretende volar sin tener alas!

 

(Fuente: Poéticamente correcto)

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